11/05/2017, 22:39
Se esperaba rescatar gatos, limpiar casas, arreglar vallados, lo que fuese, pero no volver a la academia. Mordió su labio inferior mientras leía el contenido y casi se olvida de que estaba junto a otra persona cuando terminó de hacerlo, por eso retiró el pergamino que posteriormente dobló y se guardó en el portaobjetos para luego sobresaltarse un poco al escuchar la voz suave de Nabi hablándole casi en el oído.
— ¿Líder? ¿Yo? Esto... — Ella nunca había sido líder de nada, ni si quiera sabía si lo que hacía en su día a día estaba bien... Pero al ver la tierna sonrisa que le dedicaba aquel chico, no pudo evitar sonreír de vuelta. — Está bien... Pero solo porque me lo has dicho tú, eh. — Alegó ya más centrada. Después de todo, una misión era una misión.
La joven tomó la diestra del chico y lo arrastró del lugar para que ambos comenzasen a andar hacia la Academia, sin necesidad de hacer una petición formal para que comenzasen la marcha. Luego, como si de una vocecilla interna se tratase, el recuerdo del Cráter de Konoha y los ojos blancos de Daruu acudieron a su mente, recordando lo mencionado sobre cierto rubio y su comportamiento.
— Disculpa, Nabi-san. — Llamó la kunoichi. — Sé que estamos en medio de una misión y tal, pero... Bueno, quería preguntarte algo que tenía que ver con esa misión que llevé a cabo con Akame. ¿Conociste en alguno de tus viajes a un chico de cabello moreno y ojos blancos?
Su curiosa lengua ya se había movido y ahora era su turno de esperar por una respuesta del rubio.
— ¿Líder? ¿Yo? Esto... — Ella nunca había sido líder de nada, ni si quiera sabía si lo que hacía en su día a día estaba bien... Pero al ver la tierna sonrisa que le dedicaba aquel chico, no pudo evitar sonreír de vuelta. — Está bien... Pero solo porque me lo has dicho tú, eh. — Alegó ya más centrada. Después de todo, una misión era una misión.
La joven tomó la diestra del chico y lo arrastró del lugar para que ambos comenzasen a andar hacia la Academia, sin necesidad de hacer una petición formal para que comenzasen la marcha. Luego, como si de una vocecilla interna se tratase, el recuerdo del Cráter de Konoha y los ojos blancos de Daruu acudieron a su mente, recordando lo mencionado sobre cierto rubio y su comportamiento.
— Disculpa, Nabi-san. — Llamó la kunoichi. — Sé que estamos en medio de una misión y tal, pero... Bueno, quería preguntarte algo que tenía que ver con esa misión que llevé a cabo con Akame. ¿Conociste en alguno de tus viajes a un chico de cabello moreno y ojos blancos?
Su curiosa lengua ya se había movido y ahora era su turno de esperar por una respuesta del rubio.