Ambos corrían rápidamente hacia el pueblo de Yachi, ninguno había traído paraguas, a pesar de que sabían que se dirigían a un sitio de constante lluvia, apresuradamente se acercaron al primer local que encontraron, y con un brusco empujón abrieron la puerta de entrada, ni siquiera habían leído el cartel con el nombre del lugar, aunque por su apariencia, habían deducido que podrían tomar o comer algo.
- Ve a sentarte- susurro el mayor señalando una mesa ubicada al final del local- Yo iré a ver que hay- acoto mientras comenzaba a avanzar a la barra tratando de sacarse las vistas de encima, al parecer su entrada había sido demasiado llamativa.
- Si, solo asegúrate que sea dulce- exclamo la castaña sin importarle su entorno y comenzando a quitarse la mayor cantidad de agua posible de su cabello mientras se dirigía al lugar señalado.
- Disculpe- exclamo el empapado peliazabache, interrumpiendo la conversación de dos Kunoichis, ya que sin darse cuenta, al levantar el brazo para llamar la atención de los empleados del lugar, mojó inconscientemente a ambas jóvenes junto a un par más de personas que se encontraban en la barra del local.
La elección del nuevo Uzukage no era algo que realmente le importara, y para ser sinceros, ni siquiera conocía el nombre de los anteriores, era un tema en que realmente estaba nulo, por lo que, cansado de escuchar tantas veces sobre el mismo tema, decidió hacer un viaje, talvez a su regreso ya habría acabado la crisis.
El viaje fue algo bastante largo, la distancia a recorrer era considerable, pero esta vez tomo precauciones para no perderse, a diferencia de él, Sakura era bastante inteligente, a pesar de su corta edad, por lo que la obligo a acompañarlo, ya que ella no quería salir de Uzushio sin conocer quién sería el nuevo líder, Aunque Ashito no estaba dispuesto a pasar nuevamente por el insoportable aburrimiento que produce un viaje de esa distancia, solo.
- Ashito, porque tuviste que traerme, caminar es muy aburrido.
- ¿Quieres que corramos?- respondió el peliazabache con una sonrisa burlándose de la niña y alejándose de la misma para evitar golpes.
Sakura, ya resignada a llevar a cabo un viaje en contra de su voluntad, opto por visitar la zona turística de las Tierras de llovizna, más concretamente, el pueblo al cual la mayoría se refiere al gran rio debajo del enorme cañón. Más que las vistas, a Sakura le atraía la constante llovizna que regaba toda la zona, había escuchado que el sentir las pequeñas gotas del lugar humedecer tu rostro era una sensación sin igual, claro que para los que le gusta el agua, porque para Ashito no era muy agradable que digamos, no solo por el hecho de no saber nadar, sino porque los días nublados carecen de color, lo que le da una extraña nostalgia, pero aun así, él era quien había llevado a la pequeña castaña sin su consentimiento, por lo que a ella le correspondía escoger el lugar.
Asi fue como dos pequeños empapados invadieron Yachiría, sorprendiendo a quienes estaban dentro, en particular a un par de kunoichis.
- Ve a sentarte- susurro el mayor señalando una mesa ubicada al final del local- Yo iré a ver que hay- acoto mientras comenzaba a avanzar a la barra tratando de sacarse las vistas de encima, al parecer su entrada había sido demasiado llamativa.
- Si, solo asegúrate que sea dulce- exclamo la castaña sin importarle su entorno y comenzando a quitarse la mayor cantidad de agua posible de su cabello mientras se dirigía al lugar señalado.
- Disculpe- exclamo el empapado peliazabache, interrumpiendo la conversación de dos Kunoichis, ya que sin darse cuenta, al levantar el brazo para llamar la atención de los empleados del lugar, mojó inconscientemente a ambas jóvenes junto a un par más de personas que se encontraban en la barra del local.
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La elección del nuevo Uzukage no era algo que realmente le importara, y para ser sinceros, ni siquiera conocía el nombre de los anteriores, era un tema en que realmente estaba nulo, por lo que, cansado de escuchar tantas veces sobre el mismo tema, decidió hacer un viaje, talvez a su regreso ya habría acabado la crisis.
El viaje fue algo bastante largo, la distancia a recorrer era considerable, pero esta vez tomo precauciones para no perderse, a diferencia de él, Sakura era bastante inteligente, a pesar de su corta edad, por lo que la obligo a acompañarlo, ya que ella no quería salir de Uzushio sin conocer quién sería el nuevo líder, Aunque Ashito no estaba dispuesto a pasar nuevamente por el insoportable aburrimiento que produce un viaje de esa distancia, solo.
- Ashito, porque tuviste que traerme, caminar es muy aburrido.
- ¿Quieres que corramos?- respondió el peliazabache con una sonrisa burlándose de la niña y alejándose de la misma para evitar golpes.
Sakura, ya resignada a llevar a cabo un viaje en contra de su voluntad, opto por visitar la zona turística de las Tierras de llovizna, más concretamente, el pueblo al cual la mayoría se refiere al gran rio debajo del enorme cañón. Más que las vistas, a Sakura le atraía la constante llovizna que regaba toda la zona, había escuchado que el sentir las pequeñas gotas del lugar humedecer tu rostro era una sensación sin igual, claro que para los que le gusta el agua, porque para Ashito no era muy agradable que digamos, no solo por el hecho de no saber nadar, sino porque los días nublados carecen de color, lo que le da una extraña nostalgia, pero aun así, él era quien había llevado a la pequeña castaña sin su consentimiento, por lo que a ella le correspondía escoger el lugar.
Asi fue como dos pequeños empapados invadieron Yachiría, sorprendiendo a quienes estaban dentro, en particular a un par de kunoichis.
- Hablo-
<<Pienso>>