13/05/2017, 12:33
Nada más comenzar Izumi a correr, los tres buhoneros se giraron para observar de donde provenía aquel sonido que rompía la monotonía de la lluvia. A pesar de la distancia, en sus rostros se podía ver el horror y la preocupación antes de que se girasen y comenzarán a correr todo lo rápido que podían. Incluso comenzaron a deshacerse de la carga, arrojándola al suelo... la vida era más importante que su mercancía.
"Me lo imaginaba..." el actuar de los tres buhoneros que tenía justo delante, en el camino de huida, solo confirmaba sus sospechas. Esos jinetes no venían precisamente de paseo bajo la lluvia, eran asaltadores de caminos y no muy amistosos por la manera de espolear a sus caballos "Espero no haber llamado su atención" luchar no era la primera opción de la pelirosa, si podía escapar y evitar una confrontación.
El calvo, que había optado por ir al encuentro de los jinetes, se daría cuanta que tras los tres primeros venían entre diez o doce más. Armados con arcos y espadas de diferentes estilos.
Si el calvo se quedaba quieto, no tardarían mucho en llegar a su altura. De hecho, no solo a su altura, es que su ruta pasaba sobre el lugar donde se encontraba Karamaru. No frenarían, su idea era aplastar al primero y luego dar alcance al resto, ya tendrían tiempo de volver y registrar el cadáver de aquel tonto que no huía.
"Me lo imaginaba..." el actuar de los tres buhoneros que tenía justo delante, en el camino de huida, solo confirmaba sus sospechas. Esos jinetes no venían precisamente de paseo bajo la lluvia, eran asaltadores de caminos y no muy amistosos por la manera de espolear a sus caballos "Espero no haber llamado su atención" luchar no era la primera opción de la pelirosa, si podía escapar y evitar una confrontación.
El calvo, que había optado por ir al encuentro de los jinetes, se daría cuanta que tras los tres primeros venían entre diez o doce más. Armados con arcos y espadas de diferentes estilos.
Si el calvo se quedaba quieto, no tardarían mucho en llegar a su altura. De hecho, no solo a su altura, es que su ruta pasaba sobre el lugar donde se encontraba Karamaru. No frenarían, su idea era aplastar al primero y luego dar alcance al resto, ya tendrían tiempo de volver y registrar el cadáver de aquel tonto que no huía.