15/05/2017, 21:56
¿Que si aquello era posible?
Sin duda que lo era. Lo presenció de tan cerca en numerosas ocasiones que no le había quedado duda de lo que trataba aquella técnica. Y es que sin siquiera tomarse el tiempo de preguntarle a su recién autoimpuesto sensei sobre ello, la imagen durante su uso era muy clara: sus tatuajes eran despedidos de su cuerpo de forma antinatural, y una vez fuera, éstos cobraban vida.
Alzó los hombros con rostro perplejo. Sin decir ni una palabra, le estaba respondiendo a Ayame. Claro que era posible.
De cualquier manera, la conversación trastabiló a paso agigantado hacia el charco de la propia kunoichi, quien pareció explicar también su situación de ninja. Y es que ellos no eran los únicos en haber sido agrupados en equipos, lo cual resultaba a veces extraño por ser una práctica que según los libros de historia, era utilizada con mucho más protocolo en la era de las cinco antiguas grandes aldeas.
En los tiempos contemporáneos, no era algo demasiado asiduo. Al menos en Amegakure.
A mí me ha tocado formar equipo con Daruu-san, no sé si lo conoces; y de sensei tenemos a Kōri, un auténtico maestro en el dominio del hielo y mi hermano mayor —el orgullo con el que explicaba la composición de su propio equipo le hizo sonreír. Lamentablemente, aún no conocía al tal Daruu, ni mucho menos al hombre que no sólo era su hermano mayor, evidentemente, sino que también su sensei—. Y sobre las misiones... sí, yo también he tenido varias tareas sencillas de esas. Pero ya sabíamos a lo que nos atenemos con las misiones de rango D. Somos novatos, tenemos que habituarnos al ritmo de trabajo —finalmente, no pudo dejar de preguntarse, en su inocente cabeza, diabólica y tremenda, sobre cuál de los dos sensei era más fuerte.
—Un auténtico maestro en el dominio del hielo, y tu hermano mayor, dices —puso rostro pensativo y se rascó la cara, como si tuviese barba que sobar. Pero tenía las mejillas más limpias que el mismísimo lago de Amegakure pues su piel clara y sin ningún atisbo de vello facial—. ¿entonces tú también eres de las que usa hielo? ¿es eso a lo que llaman una línea de sangre, como la mía?
Preguntó, curioso.
Sin duda que lo era. Lo presenció de tan cerca en numerosas ocasiones que no le había quedado duda de lo que trataba aquella técnica. Y es que sin siquiera tomarse el tiempo de preguntarle a su recién autoimpuesto sensei sobre ello, la imagen durante su uso era muy clara: sus tatuajes eran despedidos de su cuerpo de forma antinatural, y una vez fuera, éstos cobraban vida.
Alzó los hombros con rostro perplejo. Sin decir ni una palabra, le estaba respondiendo a Ayame. Claro que era posible.
De cualquier manera, la conversación trastabiló a paso agigantado hacia el charco de la propia kunoichi, quien pareció explicar también su situación de ninja. Y es que ellos no eran los únicos en haber sido agrupados en equipos, lo cual resultaba a veces extraño por ser una práctica que según los libros de historia, era utilizada con mucho más protocolo en la era de las cinco antiguas grandes aldeas.
En los tiempos contemporáneos, no era algo demasiado asiduo. Al menos en Amegakure.
A mí me ha tocado formar equipo con Daruu-san, no sé si lo conoces; y de sensei tenemos a Kōri, un auténtico maestro en el dominio del hielo y mi hermano mayor —el orgullo con el que explicaba la composición de su propio equipo le hizo sonreír. Lamentablemente, aún no conocía al tal Daruu, ni mucho menos al hombre que no sólo era su hermano mayor, evidentemente, sino que también su sensei—. Y sobre las misiones... sí, yo también he tenido varias tareas sencillas de esas. Pero ya sabíamos a lo que nos atenemos con las misiones de rango D. Somos novatos, tenemos que habituarnos al ritmo de trabajo —finalmente, no pudo dejar de preguntarse, en su inocente cabeza, diabólica y tremenda, sobre cuál de los dos sensei era más fuerte.
—Un auténtico maestro en el dominio del hielo, y tu hermano mayor, dices —puso rostro pensativo y se rascó la cara, como si tuviese barba que sobar. Pero tenía las mejillas más limpias que el mismísimo lago de Amegakure pues su piel clara y sin ningún atisbo de vello facial—. ¿entonces tú también eres de las que usa hielo? ¿es eso a lo que llaman una línea de sangre, como la mía?
Preguntó, curioso.