26/06/2015, 23:10
La Uchiha asistía, un tanto descolocada, a aquella extraña situación. Mientras la pelirroja parecía no querer mantener la boca cerrada por un instante, la chica peliazul se había subido a caballito sobre su hermana y por lo que se vé, pretendía dormirse.
"Vaya dos..." fue lo único que paso por la cabeza de la Kunoichi de cabellos oscuros que pronto se vió asaltada de nuevo por la ágil lengua de la hermana activa, que ni siquiera le dió opción a responder.
Tomoe bufó un poco exasperada ya, no tenía la más mínima intención de conversar pero no veía una forma de escapar. Sin embargo, hubo un instante en que casi se vió con posibilidades de salir corriendo. Las dos chicas chuchichearon algo entre ellas y la pelinegra trató de girarse y salir del lugar rápida como el viento. Pero justo cuando iniciaba su movimiento evasivo, la pelirroja se presentó con la misma presteza con la que pidió el nombre a su interlocutora para terminar cerrando con una última pregunta sobre su procedencia
"Así que ni siquiera saben de donde soy..." la chica dudó un instante, pero decidió hacer caso a su mentora y tratar de ser un poco más amable (que no era muy difícil) con los miembros de su aldea
—Puedes llamarme Tomoe— se presentó con tan pocas florituras como ganas tenía de hacerlo, antes de desvelar el misterio sobre su procedencia —Soy de la misma aldea que vosotras, Amegakure— contestó la chica sin más preámbulos, iba dar todo por zanjado con aquello, pero recordó que intentaba ser más amable —...Y cómo se llama ella...— señaló a la peliazul con la mirada
"Vaya dos..." fue lo único que paso por la cabeza de la Kunoichi de cabellos oscuros que pronto se vió asaltada de nuevo por la ágil lengua de la hermana activa, que ni siquiera le dió opción a responder.
Tomoe bufó un poco exasperada ya, no tenía la más mínima intención de conversar pero no veía una forma de escapar. Sin embargo, hubo un instante en que casi se vió con posibilidades de salir corriendo. Las dos chicas chuchichearon algo entre ellas y la pelinegra trató de girarse y salir del lugar rápida como el viento. Pero justo cuando iniciaba su movimiento evasivo, la pelirroja se presentó con la misma presteza con la que pidió el nombre a su interlocutora para terminar cerrando con una última pregunta sobre su procedencia
"Así que ni siquiera saben de donde soy..." la chica dudó un instante, pero decidió hacer caso a su mentora y tratar de ser un poco más amable (que no era muy difícil) con los miembros de su aldea
—Puedes llamarme Tomoe— se presentó con tan pocas florituras como ganas tenía de hacerlo, antes de desvelar el misterio sobre su procedencia —Soy de la misma aldea que vosotras, Amegakure— contestó la chica sin más preámbulos, iba dar todo por zanjado con aquello, pero recordó que intentaba ser más amable —...Y cómo se llama ella...— señaló a la peliazul con la mirada