24/05/2017, 01:33
—Son buenas preguntas —Yasuhiro probo su bebida caliente, y una tenue sonrisa se dibujo en su rostro—. Necesito a dos personas con las virtudes necesarias para cumplir las tareas del día: Uno debe ser gallardo y de presencia cautivante, para tratar de cerca con los clientes que van llegando. El otro tiene que ser alguien relajado, capaz de mantenerse sereno ante la presión de las órdenes y llamadas entrantes.
—Entonces seremos como una especie de mesoneros —atino el de ojos grises.
—En pocas palabras, sí; por hoy serán mesoneros del damas y caballeros —se tomo un instante y volvió a dar otro sorbo a su café, reflexionando un poco al mirar dentro de la tasita.
»En cuanto al porque del cumplir con características tan especificas, todo se debe a un viejo libro: Verán, hace unos treinta años, en la primavera del ochenta y siete, estuvo muy de moda una novela llamada “las damas y caballeros del nuevo mundo”. Se trata de una joya del romanticismo literario, la historia de un profundo amor, ambientada en una humilde cafetería. Recuerdo que los protagonistas eran una muchacha de piel blanca y cabellos oscuros, y un joven de tez oscura y melena blanca.
—Ya, me parece haber escuchado acerca de ese libro. De hecho, creo que mi padre conservaba una copia del mismo entre las pertenencias de mi madre.
—No es de extrañar, muchos jóvenes se vieron envueltos en el apasionante amor intelectual y filosófico que se desarrollaba en aquellas páginas —su rostro se apaciguo alrededor de una pequeña sonrisa, mescla curiosa de melancolía y dulce remembranza—. Como les decía, aquello me inspiro a abrir una cafetería cuyo ambiente evocase aquella grandiosa historia, por lo que uno de los elementos clave eran los mesoneros que se asemejasen a los protagonistas de la historia.
»¿Eso contesta sus preguntas?
—No lo comprendo del todo, pero creo que podremos con esto —Sonrió y dio fin al dulce y cálido contenido de su tasa—. Y si todo sale bien, deberiamos tomarnos otro café como este al final de dia.
—Entonces seremos como una especie de mesoneros —atino el de ojos grises.
—En pocas palabras, sí; por hoy serán mesoneros del damas y caballeros —se tomo un instante y volvió a dar otro sorbo a su café, reflexionando un poco al mirar dentro de la tasita.
»En cuanto al porque del cumplir con características tan especificas, todo se debe a un viejo libro: Verán, hace unos treinta años, en la primavera del ochenta y siete, estuvo muy de moda una novela llamada “las damas y caballeros del nuevo mundo”. Se trata de una joya del romanticismo literario, la historia de un profundo amor, ambientada en una humilde cafetería. Recuerdo que los protagonistas eran una muchacha de piel blanca y cabellos oscuros, y un joven de tez oscura y melena blanca.
—Ya, me parece haber escuchado acerca de ese libro. De hecho, creo que mi padre conservaba una copia del mismo entre las pertenencias de mi madre.
—No es de extrañar, muchos jóvenes se vieron envueltos en el apasionante amor intelectual y filosófico que se desarrollaba en aquellas páginas —su rostro se apaciguo alrededor de una pequeña sonrisa, mescla curiosa de melancolía y dulce remembranza—. Como les decía, aquello me inspiro a abrir una cafetería cuyo ambiente evocase aquella grandiosa historia, por lo que uno de los elementos clave eran los mesoneros que se asemejasen a los protagonistas de la historia.
»¿Eso contesta sus preguntas?
—No lo comprendo del todo, pero creo que podremos con esto —Sonrió y dio fin al dulce y cálido contenido de su tasa—. Y si todo sale bien, deberiamos tomarnos otro café como este al final de dia.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)