30/05/2017, 21:37
La derecha encontró el aire y se le entregó una inercia que casi hacía perder la postura al calvo, pero el pie derecho lo impidió. Su torso comenzó a rotar en un rápido movimiento para entregar el otro puño a destino, ahora a uno distinto. Ya no buscaba el pecho de la mujer, si no la cara que había evitado el primer golpe. Y acertó.
El puño había impactado finalmente, aunque sería en los brazos que bloqueaban el intocable rostro de Yui. Pero la fuerza se hizo sentir y sus pies se arrastraron por sobre el suelo mojado del recinto. El calvo sonrió con su acierto y volvió a una posición de guardia que la mujer tardó en recuperar.
Ahora la sonrisa del calvo se contrastaba con la intensa mirada que se le era entregada.
«Bien, no perdamos el ritmo»
Los pies del cenobita volvieron a sonar por sobre los charcos de agua, esta vez más confiado que antes. Lo importante para él no era solo el entrenamiento, si no también demostarle al viejo que tenía madera para ser shinobi y que no era un joven tonto como solo aquel anciano podía llegar a creer.
«¡AQUÍ VOY!»
La misma derecha de antes volvía a tener como objetivo la mejilla de Yui, pero igual que antes, un segundo intento se venía preparando. Para cuando el golpe estuviese a punto de impactar, sus rodillas se flexionarían, su cuerpo se dejaría caer y la pierna derecha trataría de golpear los pies de su rival para hacerle perder el equilibrio. Que se caiga al suelo mojandose la ropa era solo el primer paso, después vendría el intento por inmovilizarla.
El puño había impactado finalmente, aunque sería en los brazos que bloqueaban el intocable rostro de Yui. Pero la fuerza se hizo sentir y sus pies se arrastraron por sobre el suelo mojado del recinto. El calvo sonrió con su acierto y volvió a una posición de guardia que la mujer tardó en recuperar.
Ahora la sonrisa del calvo se contrastaba con la intensa mirada que se le era entregada.
«Bien, no perdamos el ritmo»
Los pies del cenobita volvieron a sonar por sobre los charcos de agua, esta vez más confiado que antes. Lo importante para él no era solo el entrenamiento, si no también demostarle al viejo que tenía madera para ser shinobi y que no era un joven tonto como solo aquel anciano podía llegar a creer.
«¡AQUÍ VOY!»
La misma derecha de antes volvía a tener como objetivo la mejilla de Yui, pero igual que antes, un segundo intento se venía preparando. Para cuando el golpe estuviese a punto de impactar, sus rodillas se flexionarían, su cuerpo se dejaría caer y la pierna derecha trataría de golpear los pies de su rival para hacerle perder el equilibrio. Que se caiga al suelo mojandose la ropa era solo el primer paso, después vendría el intento por inmovilizarla.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘