1/06/2017, 13:02
Recibir tantas atenciones y halagos en un mismo día hacía que se sintiese una persona diferente, extraña, como si todo lo que ocurría no fuese con ella o como si quizá Nabi al final dijese es una broma, te lo has tragado, jódete. Pero algo dentro de ella sabía que eso no podía ser así, porque aunque Nabi no destacase mucho más que por su cabello desordenado, era un buen chico y siempre estaba allí para protegerla.
Ojalá pudiese decir lo mismo de ella.
— No te preocupes, Eri-chan. Si yo solo quería comprarle un palo de dangos pero el anciano insistió en que me llevara dos. No tengo mucha hambre ahora mismo.
— Bueno... Vale, gracias Nabi-kun.
Así que declinó su ofrecimiento y volvió a girar su mano para que los dangos quedasen a escasos centímetros de su boca. Suspiró y tomó la bolita del medio, dispuesta a reprocharle sobre aquello cuando de repente algo comenzó a sentirse mal en su interior, era como si su cabeza diese vueltas, como si su visión se volviese borrosa y viese al Senju que tenía delante como una mancha amarilla, se llevó una mano temblorosa a su cabeza.
Y cayó redonda al suelo.
Ojalá pudiese decir lo mismo de ella.
— No te preocupes, Eri-chan. Si yo solo quería comprarle un palo de dangos pero el anciano insistió en que me llevara dos. No tengo mucha hambre ahora mismo.
— Bueno... Vale, gracias Nabi-kun.
Así que declinó su ofrecimiento y volvió a girar su mano para que los dangos quedasen a escasos centímetros de su boca. Suspiró y tomó la bolita del medio, dispuesta a reprocharle sobre aquello cuando de repente algo comenzó a sentirse mal en su interior, era como si su cabeza diese vueltas, como si su visión se volviese borrosa y viese al Senju que tenía delante como una mancha amarilla, se llevó una mano temblorosa a su cabeza.
Y cayó redonda al suelo.