1/06/2017, 15:30
— A la de tres, subimos la tabla y la colocamos con sus patas, ¿vale? Una, dos... ¡Y tres!
— Vale, jefa.
Parecía que Eri-hime ya se había adaptado completamente a su rol de lider, muchisimo más de lo que lo hizo él en aquella misión que habían llevado a cabo con Riko. Daba ordenes claras y sencillas y coordinaba perfectamente los movimientos de ambos. Bajo tan perfecto mandato no nos costó nada alzar la tabla y llevarla hasta donde debería estar.
— Pongámoslo primero encima, luego revisamos tu por ese lado y yo por este. ¡Vale, suéltalo a la de tres... Una, dos, ¡tres!
Dejamos la tabla sobre sus patas pero parecía que no había encajado del todo, así que antes de que Eri-hime me mandara hacerlo como buena lider que era me adelanté y alzé levemente la tabla empujandola un poco. Con un ruido sordo la tabla bajo unos milimetros, donde a entender que finalmente estaba bien encajada.
— Perfecto, pues esto ya está. ¿Y ahora, Eri-chan-sama-senpai?
El sama se me había escapado y el senpai había sido para disimularlo antes de que me rajase y me robase la cartera por tratarla con el respeto que se merecía.
— Vale, jefa.
Parecía que Eri-hime ya se había adaptado completamente a su rol de lider, muchisimo más de lo que lo hizo él en aquella misión que habían llevado a cabo con Riko. Daba ordenes claras y sencillas y coordinaba perfectamente los movimientos de ambos. Bajo tan perfecto mandato no nos costó nada alzar la tabla y llevarla hasta donde debería estar.
— Pongámoslo primero encima, luego revisamos tu por ese lado y yo por este. ¡Vale, suéltalo a la de tres... Una, dos, ¡tres!
Dejamos la tabla sobre sus patas pero parecía que no había encajado del todo, así que antes de que Eri-hime me mandara hacerlo como buena lider que era me adelanté y alzé levemente la tabla empujandola un poco. Con un ruido sordo la tabla bajo unos milimetros, donde a entender que finalmente estaba bien encajada.
— Perfecto, pues esto ya está. ¿Y ahora, Eri-chan-sama-senpai?
El sama se me había escapado y el senpai había sido para disimularlo antes de que me rajase y me robase la cartera por tratarla con el respeto que se merecía.
—Nabi—