1/06/2017, 17:47
— Lo siento, Nabi-kun, lo mejor será que me vaya.
Apenas hizo falta nada más para que me despertara que oir la dulce voz de Eri-hime. Sentí sus labios en mi frente y abrí los ojos. Agarré su muñeca y tiré de ella, tumbandola en el sofa en la parte interior a mi lado.
— Como entenderas no puedo dejarte ir cuando acabas de desmayarte. Duerme aquí y mañana te acompaño a casa, por favor.
Busqué sus ojos para que viera la preocupación que invadía los mios. Solo me faltaba encontrarmela en algún callejón inconsciente al día siguiente porque le dio un vahído saltando de tejado en tejado y se quedó en coma. Como aquel punto...
Apenas hizo falta nada más para que me despertara que oir la dulce voz de Eri-hime. Sentí sus labios en mi frente y abrí los ojos. Agarré su muñeca y tiré de ella, tumbandola en el sofa en la parte interior a mi lado.
— Como entenderas no puedo dejarte ir cuando acabas de desmayarte. Duerme aquí y mañana te acompaño a casa, por favor.
Busqué sus ojos para que viera la preocupación que invadía los mios. Solo me faltaba encontrarmela en algún callejón inconsciente al día siguiente porque le dio un vahído saltando de tejado en tejado y se quedó en coma. Como aquel punto...
—Nabi—