2/06/2017, 17:16
— Bueno, pues acabemos con esto.
— ¡Sí!— Alegó. — Espera, Nabi-kun, vacía los cubos fuera mientras yo guardo lo demás, luego guarda tu los cubos y ya estaría todo.
Explicaría mientras se dirigía al interior del lugar con las fregonas y las mopas con cuidado de no destrozar nada como bien Nabi había hecho con su tarea, una vez todo bien colocado en el almacén como se lo habían encontrado al principio, volvieron a ir con cuidado hasta abandonar el lugar.
— Bien, vamos a ver a Daichi-san.
— ¡Hola chicos! ¿Fue muy difícil la tarea? — Preguntó Daichi mientras terminaba de firmar aquel pergamino que se encontraba reposando sobre la mesa de la recepción.
— Fue... Fue bastante entretenida.
¿Cómo quería aquel hombre que describieran una misión así?
— Todos opinan que las misiones de limpieza son aburridas... Que prefieren acción, lo entiendo chicos, pero necesitamos aprender a gatear para andar. — Afirmó mientras enrollaba el pergamino. — Aquí tenéis, id al edificio del Uzukage y entregad esto, felicidades chicos, habéis hecho un buen trabajo.
— Gracias señor.
Eri fue quien tomó el pergamino y lo guardó en el portaobjetos, luego se despidió con un movimiento suave de mano de Daichi y junto a Nabi abandonaron la Academia de nuevo, por segunda vez; en aquel año.
— ¡Hemos completado nuestra segunda misión! ¡Choca! — Exclamó mientras subía la mano, sin dejar de caminar en todo momento. — Formamos un gran equipo, Nabi-kun.
— ¡Sí!— Alegó. — Espera, Nabi-kun, vacía los cubos fuera mientras yo guardo lo demás, luego guarda tu los cubos y ya estaría todo.
Explicaría mientras se dirigía al interior del lugar con las fregonas y las mopas con cuidado de no destrozar nada como bien Nabi había hecho con su tarea, una vez todo bien colocado en el almacén como se lo habían encontrado al principio, volvieron a ir con cuidado hasta abandonar el lugar.
— Bien, vamos a ver a Daichi-san.
• • •
— ¡Hola chicos! ¿Fue muy difícil la tarea? — Preguntó Daichi mientras terminaba de firmar aquel pergamino que se encontraba reposando sobre la mesa de la recepción.
— Fue... Fue bastante entretenida.
¿Cómo quería aquel hombre que describieran una misión así?
— Todos opinan que las misiones de limpieza son aburridas... Que prefieren acción, lo entiendo chicos, pero necesitamos aprender a gatear para andar. — Afirmó mientras enrollaba el pergamino. — Aquí tenéis, id al edificio del Uzukage y entregad esto, felicidades chicos, habéis hecho un buen trabajo.
— Gracias señor.
Eri fue quien tomó el pergamino y lo guardó en el portaobjetos, luego se despidió con un movimiento suave de mano de Daichi y junto a Nabi abandonaron la Academia de nuevo, por segunda vez; en aquel año.
— ¡Hemos completado nuestra segunda misión! ¡Choca! — Exclamó mientras subía la mano, sin dejar de caminar en todo momento. — Formamos un gran equipo, Nabi-kun.