4/06/2017, 19:20
(Última modificación: 29/07/2017, 02:36 por Amedama Daruu.)
Amedama Daruu era rápido y poderoso, pero no era un ente que caminase sin dejar escuchar sus pasos, al menos no todavía. El joven médico no pudo evitar sentir la necesidad de girar su mirada en la dirección a la que venía su contrincante, temía lo peor, aún así su mano no perdía el brillo verdoso.
—Vaya, eres un ninja médico. Eso es genial, Mogura-san. Lo siento, creo que me pasé un poco con mi última técnica. ¿Damos esto por finalizado?
Aquellas palabras no sonaban como algo que diría un ninja a punto de rematar a su oponente, sonaban literalmente a algo que diría un compañero de academia que le había dado una paliza en dos o tres tiempos a un humilde médico.
Estaba a punto de decir algo cuando el chico dejó escapar unas palabras mas de sus labios.
»Mira tu estado. Está claro que he ganado.
Su cuerpo se relajó totalmente en ese momento, no había necesidad de seguir esforzándose en mantener una guardia que no iba a servir para nada.
¿Esas son las palabras que le dedicas a tu oponente antes de darle el golpe de gracia? ¡Así no podré irme al otro mundo!
Dijo con una voz bastante agitada mientras giraba ligeramente su espalda para quedar totalmente acostado en el piso, su mano no paraba de brillar.
Has ganado, Daruu-san.
Declararía con una ligera sonrisa en el rostro para dejar escapar seguidamente una pequeña carcajada que no tardaría en convertirse en una tos que duraría un par de segundos.
—Vaya, eres un ninja médico. Eso es genial, Mogura-san. Lo siento, creo que me pasé un poco con mi última técnica. ¿Damos esto por finalizado?
Aquellas palabras no sonaban como algo que diría un ninja a punto de rematar a su oponente, sonaban literalmente a algo que diría un compañero de academia que le había dado una paliza en dos o tres tiempos a un humilde médico.
Estaba a punto de decir algo cuando el chico dejó escapar unas palabras mas de sus labios.
»Mira tu estado. Está claro que he ganado.
Su cuerpo se relajó totalmente en ese momento, no había necesidad de seguir esforzándose en mantener una guardia que no iba a servir para nada.
¿Esas son las palabras que le dedicas a tu oponente antes de darle el golpe de gracia? ¡Así no podré irme al otro mundo!
Dijo con una voz bastante agitada mientras giraba ligeramente su espalda para quedar totalmente acostado en el piso, su mano no paraba de brillar.
Has ganado, Daruu-san.
Declararía con una ligera sonrisa en el rostro para dejar escapar seguidamente una pequeña carcajada que no tardaría en convertirse en una tos que duraría un par de segundos.
Hablo - Pienso