7/06/2017, 13:23
Apenas nos levantamos mi hermano y yo. Este que siempre es muy acelerado y entusiasmado cuando de salir se trata. Desde temprano me recuerda cada cinco minutos que hoy era día de acampar. Entonces tengo que hacerlo esperar mientras hago de comer, preparo su mochila y la mía. Como era su primera experiencia en esta actividad, tendría que llevarlo al mejor lugar donde se puede acampar. Según cuentan los pueblerinos, mis vecinos y alguna que otra gente del país del fuego y sus vicitantes, esta región cuenta con los más bellos y frondosos bosques de Onindo.
Llega la hora de partida. Ya he revisado el equipaje lo suficiente como para que no se me quede nada. Entonces partimos mi hermano y yo. Atravesamos nuestro país y fuimos conociendo diferentes regiones durante el camino, la caminata se hacía larga para mi hermano que de tan pequeñín ya sabía que no podía tener la misma durabilidad que yo. Pero al igual que él, me siento un poco cansado. Entonces nos quedamos en un árbol justo al camino después de varias horas caminando. Saco un poco de comida y agua para nuestro primer alimento. Mi hermano se queda dormido. Ahí es que aprovecho para acomodarlo con par de telas que traje para la ocasión. Después de varias horas de descanso, mi hermano se despierta muy energético y el mismo propone avanzar.
Caminamos por más horas, tanto que ya se podía ver cómo La Luz del día se iba apagando, y junto con ella también, el calor. Podía ver cómo ya estábamos penetrando en el bosque del país del fuego. Pero antes que caiga la noche completamente y nos agarre desprevenidos, decido acampar a unos metros del camino, donde la estructura del lugar me permitía montar un campamento. Del fuego era momento, y preparo con palos, que nos pusimos a recoger, una fogata y la prendo en un fuego que al menos alejaba los mosquitos y nos cuidaba del fuerte frío que ya comenzaba a maltratar. En fin, terminamos dormidos después de hacernos historias y comer un poco, adentro del campamento.
Al otro día tempranito nos despierta los fuertes rayos de sol, el maravilloso sonido de los pájaros y de las hojas de los árboles cuando eran movidas por el viento. Ya que habíamos acampado en el lugar, decidimos quedarnos allí.
Agarre par de cosas y marcando el camino nos dirigimos al bosque adentro para explorarlo. Entre las cosas que pudimos ver a parte de los animales que no vemos usualmente, encontramos un río. Este río nos ayudó bastante ya que además de un chapuzón mañanero, también pude rellenar las cantimploras de agua para reusarlas.
Pasó más o menos como cuarentaicinco minutos cuando escuché unos gritos que venían de no muy lejos, lo que lo escuche tan desorientado que no pude entender lo que decía. Mire por los alrededores y saliendo Del Río me puse ropa otra vez y me lleve a mi hermano para investigar de donde salió ese grito que escuché. Si alguien está compartiendo el lugar con nosotros tenía que saber de quién se trata puesto que me han dicho que podía encontrarme con Ladrones y personas malas por el camino.
Al llegar donde estaba el sujeto que había gritado, me escondo entre los arbustos con mi hermano, tras una roca, para espiar. Entonces me pud dar cuenta de que no estaba solo, porque apenas puedo ver a otro u otra persona encaramado en un árbol, lo que no distingo bien.
Llega la hora de partida. Ya he revisado el equipaje lo suficiente como para que no se me quede nada. Entonces partimos mi hermano y yo. Atravesamos nuestro país y fuimos conociendo diferentes regiones durante el camino, la caminata se hacía larga para mi hermano que de tan pequeñín ya sabía que no podía tener la misma durabilidad que yo. Pero al igual que él, me siento un poco cansado. Entonces nos quedamos en un árbol justo al camino después de varias horas caminando. Saco un poco de comida y agua para nuestro primer alimento. Mi hermano se queda dormido. Ahí es que aprovecho para acomodarlo con par de telas que traje para la ocasión. Después de varias horas de descanso, mi hermano se despierta muy energético y el mismo propone avanzar.
Caminamos por más horas, tanto que ya se podía ver cómo La Luz del día se iba apagando, y junto con ella también, el calor. Podía ver cómo ya estábamos penetrando en el bosque del país del fuego. Pero antes que caiga la noche completamente y nos agarre desprevenidos, decido acampar a unos metros del camino, donde la estructura del lugar me permitía montar un campamento. Del fuego era momento, y preparo con palos, que nos pusimos a recoger, una fogata y la prendo en un fuego que al menos alejaba los mosquitos y nos cuidaba del fuerte frío que ya comenzaba a maltratar. En fin, terminamos dormidos después de hacernos historias y comer un poco, adentro del campamento.
Al otro día tempranito nos despierta los fuertes rayos de sol, el maravilloso sonido de los pájaros y de las hojas de los árboles cuando eran movidas por el viento. Ya que habíamos acampado en el lugar, decidimos quedarnos allí.
Agarre par de cosas y marcando el camino nos dirigimos al bosque adentro para explorarlo. Entre las cosas que pudimos ver a parte de los animales que no vemos usualmente, encontramos un río. Este río nos ayudó bastante ya que además de un chapuzón mañanero, también pude rellenar las cantimploras de agua para reusarlas.
Pasó más o menos como cuarentaicinco minutos cuando escuché unos gritos que venían de no muy lejos, lo que lo escuche tan desorientado que no pude entender lo que decía. Mire por los alrededores y saliendo Del Río me puse ropa otra vez y me lleve a mi hermano para investigar de donde salió ese grito que escuché. Si alguien está compartiendo el lugar con nosotros tenía que saber de quién se trata puesto que me han dicho que podía encontrarme con Ladrones y personas malas por el camino.
Al llegar donde estaba el sujeto que había gritado, me escondo entre los arbustos con mi hermano, tras una roca, para espiar. Entonces me pud dar cuenta de que no estaba solo, porque apenas puedo ver a otro u otra persona encaramado en un árbol, lo que no distingo bien.