9/06/2017, 12:27
—Esto... ¿Buenos... Días?
Estaba ahí plantada, sobre el sofá mientras Nabi acababa de caer de bruces contra el suelo, seguramente por haber estado toda la noche intentando que ella estuviese bien. Suspiró y se incorporó mientras estiraba sus manos hacia arriba.
— Tú no te preocupes que yo me ocupo, deberias mirar a ver como está tu ropa, que no es que la mía te quedé mal, te queda mejor que a mi, mucho mejor, tanto que me da vergüenza llevarla yo de lo bien que te queda. Pero supongo que no estaras muy comoda.
— ¿De verdad no quieres que te ayude? — Preguntó acercándose a donde se suponía estaba la cocina de casa de Nabi. — Espera, no tardo en cambiarme y vengo en seguida.
La joven prácticamente fue dando pequeños saltitos hacia el cuarto de baño para tomar sus prendas —con suerte, ya secas— del lavabo y comenzó a ponérselas mientras tarareaba una pequeña canción, se atusó el cabello un poco, lo suficiente para que no pareciese un león salvaje y tomó la camiseta del Senju con cuidado, doblándola con mimo. La verdad es que eran muy cómodas, aunque... No debería doblarla, ¡seguramente oliese a sudor, o algo!
Bueno, ella la doblaba y así quedaba bien, una vez terminada su tarea volvió a salir del baño, ya vestida y a medio peinar mientras se pasaba los dedos de su mano izquierda por el cabello, con la otra, sujetaba sus botas ninja.
— ¿Qué hay para desayunar? — Preguntó la joven a la espalda del chico mientras dejaba en un rincón sus zapatos. — Tengo mucha hambre. — Alegó mientras se ponía de puntillas e intentaba mirar por encima del hombro del rubio lo que éste estaba haciendo.
Estaba ahí plantada, sobre el sofá mientras Nabi acababa de caer de bruces contra el suelo, seguramente por haber estado toda la noche intentando que ella estuviese bien. Suspiró y se incorporó mientras estiraba sus manos hacia arriba.
— Tú no te preocupes que yo me ocupo, deberias mirar a ver como está tu ropa, que no es que la mía te quedé mal, te queda mejor que a mi, mucho mejor, tanto que me da vergüenza llevarla yo de lo bien que te queda. Pero supongo que no estaras muy comoda.
— ¿De verdad no quieres que te ayude? — Preguntó acercándose a donde se suponía estaba la cocina de casa de Nabi. — Espera, no tardo en cambiarme y vengo en seguida.
La joven prácticamente fue dando pequeños saltitos hacia el cuarto de baño para tomar sus prendas —con suerte, ya secas— del lavabo y comenzó a ponérselas mientras tarareaba una pequeña canción, se atusó el cabello un poco, lo suficiente para que no pareciese un león salvaje y tomó la camiseta del Senju con cuidado, doblándola con mimo. La verdad es que eran muy cómodas, aunque... No debería doblarla, ¡seguramente oliese a sudor, o algo!
Bueno, ella la doblaba y así quedaba bien, una vez terminada su tarea volvió a salir del baño, ya vestida y a medio peinar mientras se pasaba los dedos de su mano izquierda por el cabello, con la otra, sujetaba sus botas ninja.
— ¿Qué hay para desayunar? — Preguntó la joven a la espalda del chico mientras dejaba en un rincón sus zapatos. — Tengo mucha hambre. — Alegó mientras se ponía de puntillas e intentaba mirar por encima del hombro del rubio lo que éste estaba haciendo.