Chapuzón nocturno

[Inuzuka Nabi]

Y así me quedé, con nuestros cuerpos pegados y deleitandome con sus sonrojos y sus palabras. Durante unos segundos disfruté de esa vista, que nadie más que yo podía disfrutar. Ni siquiera Eri.

— Bien, pues vamos a desayunar fuerte para empezar el día con energía.

Sin soltarla, la llevé hasta el sofa y la senté moviendo la mesa para que le quedara el plato delante. Ya me había ocupado de preparar la mesa mientras se hacía el bacon, cubiertos y vasos y la jarra del agua bien fresquita, todo estaba encima del mueble, preparado para ser usado. Di la vuelta en un suspiro sentandome a su lado por el otro lado, lado.

— Si hay algo que no te guste no te lo comas, eh. Te estaré vigilando.

Le advertí antes de empezar a comer yo mismo con cuchillo y tenedor como un marqués.