11/06/2017, 11:24
— Bien, pues vamos a desayunar fuerte para empezar el día con energía.
— ¡Síii! — Afirmó la joven mientras dejaba que el chico la guiase hasta la mesa.
En el momento en que olió su plato supo el hambre que de verdad tenía y cuando se sentó tuvo que contenerse para no saltar y devorar todo lo que había a su paso. Tragó saliva y espero a que Nabi comenzase primero mientras ella cogía la jarra del agua.
— Si hay algo que no te guste no te lo comas, eh. Te estaré vigilando.
— Puedo afirmar que me gusta todo lo que hay en esta mesa, Nabi-kun. — «incluido lo que está a mi lado...» Le comenzaban a arder las mejillas de nuevo, pero esta vez intentó calmarse antes de que de verdad pudiese freír un huevo en sus mofletes.
Terminada de servir el agua, la joven tomó lo primero que pilló para comer su plato y comenzó casi a devorarlo. Era un poco el ansia por comer todo aquello que le encantaba, pero en lo más profundo de su mente podía escuchar lo que decía su hermano cuando ambos comían "Debes comer tranquilamente aunque estés a punto de morir de hambre, ¡tus formas pueden ser tu peor enemigo!"
El hambre también podía ser tu peor enemigo.
Así que cuando se terminó el plato en un abrir y cerrar de ojos y apuró su vaso de agua, se quedó totalmente satisfecha.
— ¡Ah! ¡Gracias Nabi-kun! Ha sido el mejor desayuno que he comido en mucho tiempo. — Aseguró mientras se palpaba el lugar donde estaba el estómago. — Sin embargo... Creo que es hora de irme. — Alegó un poco más cabizbaja.
— ¡Síii! — Afirmó la joven mientras dejaba que el chico la guiase hasta la mesa.
En el momento en que olió su plato supo el hambre que de verdad tenía y cuando se sentó tuvo que contenerse para no saltar y devorar todo lo que había a su paso. Tragó saliva y espero a que Nabi comenzase primero mientras ella cogía la jarra del agua.
— Si hay algo que no te guste no te lo comas, eh. Te estaré vigilando.
— Puedo afirmar que me gusta todo lo que hay en esta mesa, Nabi-kun. — «incluido lo que está a mi lado...» Le comenzaban a arder las mejillas de nuevo, pero esta vez intentó calmarse antes de que de verdad pudiese freír un huevo en sus mofletes.
Terminada de servir el agua, la joven tomó lo primero que pilló para comer su plato y comenzó casi a devorarlo. Era un poco el ansia por comer todo aquello que le encantaba, pero en lo más profundo de su mente podía escuchar lo que decía su hermano cuando ambos comían "Debes comer tranquilamente aunque estés a punto de morir de hambre, ¡tus formas pueden ser tu peor enemigo!"
El hambre también podía ser tu peor enemigo.
Así que cuando se terminó el plato en un abrir y cerrar de ojos y apuró su vaso de agua, se quedó totalmente satisfecha.
— ¡Ah! ¡Gracias Nabi-kun! Ha sido el mejor desayuno que he comido en mucho tiempo. — Aseguró mientras se palpaba el lugar donde estaba el estómago. — Sin embargo... Creo que es hora de irme. — Alegó un poco más cabizbaja.