12/06/2017, 18:32
(Última modificación: 12/06/2017, 18:32 por Uzumaki Eri.)
— Claro que quiero, si soy yo el que te lo acaba de decir.
— Cuando vuelva se lo diré, y te avisaré para que vengas. — Acordó la joven mientras asentía y sonreía.
La verdad es que... Bueno, sí, tenía que hacerlo, después de todo era su vida y tanto su hermano como ahora Nabi iban a formar parte de ella de la misma forma, bueno... No de la misma forma, pero ambos serían muy importantes para ella y era justo que se conociesen.
— Bueno, tú mandas, otra vez. ¿Hacia donde vamos?
— Esto... Por...
Pero de repente algo se accionó en su cabeza, algo que hizo que cada neurona de su cerebro se accionase para dar la voz de alarma en su cabeza.
«¡Mierda! ¡Tenía que ir a entregar unos papeles de mi hermano a primera hora y se me ha olvidado!»
— ¡Nabi-kun! — Exclamó mientras se acercaba a él a toda velocidad. — ¡Tengo que irme porque tenía que hacer un recado importantísimo y no lo he hecho! ¡La próxima vez me acompañas a casa! — Estampó sus labios contra los de él y se quedó así por dos segundos, los que tardaba en abrazar con fuerza al rubio y alejarse de él. — ¡Lo siento, y muchas gracias por todo!
»¡La próxima vez lo hacemos en la cama!
Y se alejó corriendo lo más deprisa que sus piernas le permitían, volviendo a su vivienda para recoger los pergaminos e ir directamente al edificio de la Uzukage para entregarlos, esperando que fueran benevolentes con ella y los aceptasen aun con el retraso que llevaba.
— Cuando vuelva se lo diré, y te avisaré para que vengas. — Acordó la joven mientras asentía y sonreía.
La verdad es que... Bueno, sí, tenía que hacerlo, después de todo era su vida y tanto su hermano como ahora Nabi iban a formar parte de ella de la misma forma, bueno... No de la misma forma, pero ambos serían muy importantes para ella y era justo que se conociesen.
— Bueno, tú mandas, otra vez. ¿Hacia donde vamos?
— Esto... Por...
Pero de repente algo se accionó en su cabeza, algo que hizo que cada neurona de su cerebro se accionase para dar la voz de alarma en su cabeza.
«¡Mierda! ¡Tenía que ir a entregar unos papeles de mi hermano a primera hora y se me ha olvidado!»
— ¡Nabi-kun! — Exclamó mientras se acercaba a él a toda velocidad. — ¡Tengo que irme porque tenía que hacer un recado importantísimo y no lo he hecho! ¡La próxima vez me acompañas a casa! — Estampó sus labios contra los de él y se quedó así por dos segundos, los que tardaba en abrazar con fuerza al rubio y alejarse de él. — ¡Lo siento, y muchas gracias por todo!
»¡La próxima vez lo hacemos en la cama!
Y se alejó corriendo lo más deprisa que sus piernas le permitían, volviendo a su vivienda para recoger los pergaminos e ir directamente al edificio de la Uzukage para entregarlos, esperando que fueran benevolentes con ella y los aceptasen aun con el retraso que llevaba.