20/06/2017, 01:47
Mis ojos siguieron el efímero trayecto de los rastreadores de papel, rápidamente atravesaron la puerta sin ninguna dificultad, sería cuestión de esperar.
Del otro lado de la puerta la iluminación era más que suficiente para que Aiko pudiera hacerse con toda la información necesaria. Las mariposas se encontraban en una sala de tamaño mediano, habían 3 sofás pequeños, justo en la pared del frente habían algunos cuadros y la foto de una mujer no tan joven, pelinegra, de piel pálida y con una enorme sonrisa de oreja a oreja, tendría alrededor de los 35 años, entre sus brazos sostenía un conejo café con ojos negros y grandes dientes incisivos.
El suelo seguía siendo de madera, a la izquierda se encontraba otro ambiente, se divisaba una mesa con tres sillas, pero no había nadie, en su interior estaban todos los utensilios de cocina y alacenas, la estufa y el fregadero. A la derecha había otra puerta que estaba cerrada, tenía unos cristales que estaban protegidos por una cortina beige; justo al lado de la puerta estaba otro conjunto de escalones que daban al segundo piso, lugar en dónde estarían 2 habitaciones. Dos camino podrían elegir, uno más fácil que el otro, ya que un portal estaba cerrado y el otro no; en el cuarto sin cerrar se encontraba a la figura de una anciana y un niño durmiendo tranquilamente, al parecer estaban ajenos a todo lo que ocurría en los niveles inferiores.
Del otro lado de la puerta la iluminación era más que suficiente para que Aiko pudiera hacerse con toda la información necesaria. Las mariposas se encontraban en una sala de tamaño mediano, habían 3 sofás pequeños, justo en la pared del frente habían algunos cuadros y la foto de una mujer no tan joven, pelinegra, de piel pálida y con una enorme sonrisa de oreja a oreja, tendría alrededor de los 35 años, entre sus brazos sostenía un conejo café con ojos negros y grandes dientes incisivos.
El suelo seguía siendo de madera, a la izquierda se encontraba otro ambiente, se divisaba una mesa con tres sillas, pero no había nadie, en su interior estaban todos los utensilios de cocina y alacenas, la estufa y el fregadero. A la derecha había otra puerta que estaba cerrada, tenía unos cristales que estaban protegidos por una cortina beige; justo al lado de la puerta estaba otro conjunto de escalones que daban al segundo piso, lugar en dónde estarían 2 habitaciones. Dos camino podrían elegir, uno más fácil que el otro, ya que un portal estaba cerrado y el otro no; en el cuarto sin cerrar se encontraba a la figura de una anciana y un niño durmiendo tranquilamente, al parecer estaban ajenos a todo lo que ocurría en los niveles inferiores.