21/06/2017, 07:26
¿Por qué sigues aquí?¿No tienes hambre?- pregunto la joven confundida de ver al Uzureño parado en el mismo lugar por donde ella había pasado hace unos minutos.
- ¿Qué? No, no, no, no es eso, claro que tengo hambre- respondió el joven rápidamente, como si fueran a negarle el sentarse a la mesa si no respondía rápido- Lo que pasa es que no se a donde debería ir a sentarme- acoto a la oración anterior moviendo sus manos hacia todos lados, excusando su presencia ahí.
La joven se disculpó por haber olvidado ese detalle, gran detalle para Ashito, ya que podría perderse la comida si no encontraba la mesa donde servirían la comida.
Después de la corta conversación de los dos niños, Nonoha, seguida por Ashito, se dirigió hacia una mesa a un lado de la cocina, donde había cinco platos esperando ser llenados por la razón del exquisito aroma que inundaba el lugar.
Aru dijo unas pocas palabras a las cuales Ashito asintió, si bien sentiría vergüenza por comer dos veces, probablemente el hambre superaría esa sensación de incomodidad, así que se dirigió a la silla más cercana que tenía, dispuesto a repetir si su estómago lo exigía, aunque Nonoha le gano y se sentó en el lugar en el cual pensaba sentarse, así que dando solo un par de pasos más se colocó en la silla que estaba junto a la de la kunoichi.
- Eh…, muchas gracias por su amabilidad- expreso el Uzureño poniéndose de pie y haciendo una pequeña reverencia, aprovechando, que todos los de la casa estaban presentes. Al parecer esa mezcla de emociones que sentía ya había desaparecido, por lo que ya no sentía un pesar al mostrar sus dientes en una sonrisa para luego tomar asiento nuevamente, esperando lo que comerían en instantes.
- Huele muy bien- exclamo el peliazabache en un volumen que pudiera ser escuchado por Aru, ya que su objetivo, era alagar el seguramente delicioso estofado.
- ¿Qué? No, no, no, no es eso, claro que tengo hambre- respondió el joven rápidamente, como si fueran a negarle el sentarse a la mesa si no respondía rápido- Lo que pasa es que no se a donde debería ir a sentarme- acoto a la oración anterior moviendo sus manos hacia todos lados, excusando su presencia ahí.
La joven se disculpó por haber olvidado ese detalle, gran detalle para Ashito, ya que podría perderse la comida si no encontraba la mesa donde servirían la comida.
Después de la corta conversación de los dos niños, Nonoha, seguida por Ashito, se dirigió hacia una mesa a un lado de la cocina, donde había cinco platos esperando ser llenados por la razón del exquisito aroma que inundaba el lugar.
Aru dijo unas pocas palabras a las cuales Ashito asintió, si bien sentiría vergüenza por comer dos veces, probablemente el hambre superaría esa sensación de incomodidad, así que se dirigió a la silla más cercana que tenía, dispuesto a repetir si su estómago lo exigía, aunque Nonoha le gano y se sentó en el lugar en el cual pensaba sentarse, así que dando solo un par de pasos más se colocó en la silla que estaba junto a la de la kunoichi.
- Eh…, muchas gracias por su amabilidad- expreso el Uzureño poniéndose de pie y haciendo una pequeña reverencia, aprovechando, que todos los de la casa estaban presentes. Al parecer esa mezcla de emociones que sentía ya había desaparecido, por lo que ya no sentía un pesar al mostrar sus dientes en una sonrisa para luego tomar asiento nuevamente, esperando lo que comerían en instantes.
- Huele muy bien- exclamo el peliazabache en un volumen que pudiera ser escuchado por Aru, ya que su objetivo, era alagar el seguramente delicioso estofado.

- Hablo-
<<Pienso>>
, también estuve fuera el de semana así que no pasa nada.