25/06/2017, 23:44
El chico pareció palidecer, aún mas —si es que cabe— terminando con un tono de piel cercano al marfil. La pregunta de la pelirroja le hizo estremecer, y hasta le impidió encontrar agilidad en sus palabras en pos de defender su posición. Negó con franqueza que llevase cadáver alguno, alegando que lo que llevaba eran mercancías y otras cosas. Terminó por remarcar que no había matado a nadie, quizás nervioso ante esa absurda acusación.
—Jajajajaja.... no te preocupes, señor Mercante, tan solo era una broma. —contestó al chico, intentando aliviar su tensión.
De pronto, la preocupación del chico surgió. Le cuestionó a la chica si no era peligroso estar tan cerca del precipicio, mientras que recortó levemente las distancias, para tras ello mencionar que seguramente por ese despeñadero habían numerosos desprendimientos.
Si, podía ser. El sitio no era de lo mas estable, y la chica se aseguró de ello echando un vistazo a su alrededor. Pero, por suerte o desgracia no tenía miedo... ese sentimiento lo había perdido hacía ya algún tiempo, a manos de un maldito demonio, o un genio. El culpable realmente era difícil de catalogar...
—No suena estúpido, pero... la verdad es que no tengo miedo. ¿No has escuchado hablar por aquí de una chica que se las da de inmortal? Una pelirroja que ha enervado ya a numerosos médicos...
»Pues si, soy yo. Watasashi Aiko... un placer.
Quizás una de las presentaciones mas raras que había hecho en su vida.
—Jajajajaja.... no te preocupes, señor Mercante, tan solo era una broma. —contestó al chico, intentando aliviar su tensión.
De pronto, la preocupación del chico surgió. Le cuestionó a la chica si no era peligroso estar tan cerca del precipicio, mientras que recortó levemente las distancias, para tras ello mencionar que seguramente por ese despeñadero habían numerosos desprendimientos.
Si, podía ser. El sitio no era de lo mas estable, y la chica se aseguró de ello echando un vistazo a su alrededor. Pero, por suerte o desgracia no tenía miedo... ese sentimiento lo había perdido hacía ya algún tiempo, a manos de un maldito demonio, o un genio. El culpable realmente era difícil de catalogar...
—No suena estúpido, pero... la verdad es que no tengo miedo. ¿No has escuchado hablar por aquí de una chica que se las da de inmortal? Una pelirroja que ha enervado ya a numerosos médicos...
»Pues si, soy yo. Watasashi Aiko... un placer.
Quizás una de las presentaciones mas raras que había hecho en su vida.