26/06/2017, 09:35
La pelirosa bastante amable bromeaba, ofreciéndose de guía ya que al parecer conocía de memoria el lugar. Con una cara de asombro sonrió el muchacho, la idea le pareció estupenda, debido a la multitud se necesitaba una persona que le ayudara a recorrer cada rincón de la torre.
- Si, seria buenísimo, como te comente recién no conozco este lugar por lo que una ayuda me vendría bien. – Esta vez mucho más tranquilo respondía.
Se demoraron unos minutos en llegar a la entrada, la caminata se extendió mas de lo habitual debido a la cantidad de gente que se encontraba en el lugar. Se detuvieron para observar la inmensa entrada de marco de madera barnizada, se podía ver el interior como transitaba un centenar de personas, a simple vista se podía observar unas cuantas tiendas, al final una inmensa escalera del mismo material de la entrada. El hyuga miro a su compañera de turismo y con una sonrisa extendía su mano derecha dando a entender que está avanzara guiándolo.
- Me gustaría que me llevaras a un restaurant de comida, salí apurado por lo que tengo un poco de hambre. – Hablaba mientras su estómago le crujía del hambre. – Por cierto casi se me olvida, mi nombre es Zaku. – Aprovechando que estaba un poco más tranquilo el ambiente se presentó.
- Si, seria buenísimo, como te comente recién no conozco este lugar por lo que una ayuda me vendría bien. – Esta vez mucho más tranquilo respondía.
Se demoraron unos minutos en llegar a la entrada, la caminata se extendió mas de lo habitual debido a la cantidad de gente que se encontraba en el lugar. Se detuvieron para observar la inmensa entrada de marco de madera barnizada, se podía ver el interior como transitaba un centenar de personas, a simple vista se podía observar unas cuantas tiendas, al final una inmensa escalera del mismo material de la entrada. El hyuga miro a su compañera de turismo y con una sonrisa extendía su mano derecha dando a entender que está avanzara guiándolo.
- Me gustaría que me llevaras a un restaurant de comida, salí apurado por lo que tengo un poco de hambre. – Hablaba mientras su estómago le crujía del hambre. – Por cierto casi se me olvida, mi nombre es Zaku. – Aprovechando que estaba un poco más tranquilo el ambiente se presentó.