1/07/2017, 00:56
Esa noche mientras dormía,alguien irrumpió en su hogar y sin dar muchas explicaciones, se llevaron a la más pequeña de la familia pese a los ruegos de sus padres y reclamos de su abuelo. Se dejó llevar, sin oponerse demasiado pues aunque no sabía lo que sucedía intentaba no asustarse lo suficiente o al menos, no demostrar el terror que sentía. Se le aguaron los ojos, pero por ningún motivo se permitió llorar ¿Por qué, porque no llorar y desahogarse? “debo ser fuerte” eso se repitió una y otra vez hasta que fue llevada ante el Kage.
Y todo era silencio, solo podía ver con sus ojos azules la silueta de espaldas del hombre dueño de aquel despacho. Nonoha seguía sin comprender porque estaba allí y aunque deseaba preguntarlo, mantuvo la boca cerrada aun cuando se encontraba temblando; ya no era la niña sonriente de siempre, estaba asustada aunque no reflejara eso en su pequeño rostro y mientras aguardaba, escucho la puerta abrirse y al girarse ahí estaba el – ¿A-ashito? –su vocecilla en un hilo de voz, pronuncio el nombre de aquel pelinegro que había conocido una mañana.
“¿Qué hace el aquí?” lo veía con incredulidad, confusión, miedo…
Pronto, el Morikage, que había estado de espaldas observando desde la ventana se giró y camino hacia ellos. Todo estaba absolutamente bien, hasta que el mayor pronuncio aquellas palabras y posteriormente escucho la excusa que Ashito daba - ¿Qué? - se quedó en silencio algunos segundos, perpleja por lo que acaba de escuchar - ¿Shi-shinobi de Uzushiogakure? - y lo entendió, comprendió porque estaban tratándola como una traidora, era a causa de el y a su ingenuidad. Dejo que algunas lágrimas brotaran de sus ojos mientras observaba inmóvil sus pies desnudos, incapaz de levantar la vista – Y-yo lo siento - lloro un poco más, no eran lágrimas de tristeza, ahora lo sabía, lloraba de impotencia y rabia.
Aunque ese día en el puente se dio cuenta de que Ashito no era un simple joven, nunca se le ocurrió que fuese realmente un ninja de otra aldea, pues el tema nunca se tocó – Que tonta – murmuro para si misma encogiéndose de hombros – Y-yo me di cuenta de que era un ninja justo después del altercado con los bandidos, en el puente Kannabi - levanto la vista entonces, para observar el rostro del mayor que exigía explicaciones,la mayor autoridad en su aldea – Quizás suene tonto pero, no supuse que fuera ninja de otra aldea…yo, me disculpo por mi estupidez – y volvió a bajar la cabeza, sujetando sus manitos con fuerza entre si.
- No debiste aceptar quedarte en ese momento, si sabias que esto traería problemas – susurro – Es tu culpa, todo es tu culpa… -agrego- ¡Mi familia ha tenido que pasar por esto gracias a ti! ¡Mentiroso! - grito la castaña dolida por lo que sucedía, temerosa por lo que pudiera pasar a continuación.
Y todo era silencio, solo podía ver con sus ojos azules la silueta de espaldas del hombre dueño de aquel despacho. Nonoha seguía sin comprender porque estaba allí y aunque deseaba preguntarlo, mantuvo la boca cerrada aun cuando se encontraba temblando; ya no era la niña sonriente de siempre, estaba asustada aunque no reflejara eso en su pequeño rostro y mientras aguardaba, escucho la puerta abrirse y al girarse ahí estaba el – ¿A-ashito? –su vocecilla en un hilo de voz, pronuncio el nombre de aquel pelinegro que había conocido una mañana.
“¿Qué hace el aquí?” lo veía con incredulidad, confusión, miedo…
Pronto, el Morikage, que había estado de espaldas observando desde la ventana se giró y camino hacia ellos. Todo estaba absolutamente bien, hasta que el mayor pronuncio aquellas palabras y posteriormente escucho la excusa que Ashito daba - ¿Qué? - se quedó en silencio algunos segundos, perpleja por lo que acaba de escuchar - ¿Shi-shinobi de Uzushiogakure? - y lo entendió, comprendió porque estaban tratándola como una traidora, era a causa de el y a su ingenuidad. Dejo que algunas lágrimas brotaran de sus ojos mientras observaba inmóvil sus pies desnudos, incapaz de levantar la vista – Y-yo lo siento - lloro un poco más, no eran lágrimas de tristeza, ahora lo sabía, lloraba de impotencia y rabia.
Aunque ese día en el puente se dio cuenta de que Ashito no era un simple joven, nunca se le ocurrió que fuese realmente un ninja de otra aldea, pues el tema nunca se tocó – Que tonta – murmuro para si misma encogiéndose de hombros – Y-yo me di cuenta de que era un ninja justo después del altercado con los bandidos, en el puente Kannabi - levanto la vista entonces, para observar el rostro del mayor que exigía explicaciones,la mayor autoridad en su aldea – Quizás suene tonto pero, no supuse que fuera ninja de otra aldea…yo, me disculpo por mi estupidez – y volvió a bajar la cabeza, sujetando sus manitos con fuerza entre si.
- No debiste aceptar quedarte en ese momento, si sabias que esto traería problemas – susurro – Es tu culpa, todo es tu culpa… -agrego- ¡Mi familia ha tenido que pasar por esto gracias a ti! ¡Mentiroso! - grito la castaña dolida por lo que sucedía, temerosa por lo que pudiera pasar a continuación.