2/07/2017, 10:07
Pena y vergüenza, lo que sentía al ver la repentina reacción del shinobi de Kusa. Sentía pena por haberlo tratado de la forma que lo hice y ahora intenta proteger a mi hermano. El me demostró que las personas buenas si existen.
Con más firmeza y seguridad agarro un kunai de mi porta objeto con una mano y con la otra hago sellos. De repente mi sombra se alarga buscando a uno de los bandidos que se acercaban a nosotros más rápido debido a la acción de Zaku.
Por supuesto que sí ves algo que va hacia ti lo intentas evadir de cualquier forma solo porque no lo conoces y no quieres saber lo que te pueda hacer. Esto hiso que se dividieran y evitando mi sombra tenía a uno, intentando moverlo hacia mi pero en otras direcciones. Esperando que Saku se encargara del otro si se atreviera a hacer algún movimiento ofensivo al llegar a nuestra posición.
Por su puesto que mi porte aún seguía igual, no podría moverme mientras intento atrapar al bandido con mi sombra, pero de igual forma tenía el kunai en la otra mano, esperando.
Concentrado solo en la sombra que lo perseguía, no logró darse cuenta de que estaba justo enfrente de mi, pero dándome la espalda. Por lo menos, hasta que su compañero le gritó alertándolo de mi sorprendente ataque con mi kunai. Pero ya era demasiado tarde para evitar ser lastimado gravemente, al menos no fue asesinado, por su reacción inmediata a la alerta.
El bandido al escuchar la alerta del compañero, giró su cuerpo completamente deslizando su katana. Al menos pude perforar su espalda y rajarla debido a su movimiento. Pero no lo suficientemente como para asesinarlo. La katana era fácil de evadir ya que venía por un objetivo que no veía. Incline mis rodillas y agaché mi cuerpo para dejar pasar la katana sobre mi, cortando algunos pelos de mi moño. Pero esta misma posición me permitió dar una segunda puñalada, al impulsar mis piernas inclinadas y dejar toda la fuerza de impulso en el arma. Esta vez le clavaría justo en el baso tan profundo que se me hacía difícil sacarlo, asique el rival solo se apartó hacia atrás y se quedó con el kunai clavado.
Su movimiento hiso que nos dividiera una distancia defensiva entre los dos. Ya le deje claro que no era ningún mocoso al que se le podría aventar dándole espadazos así por así.
Con más firmeza y seguridad agarro un kunai de mi porta objeto con una mano y con la otra hago sellos. De repente mi sombra se alarga buscando a uno de los bandidos que se acercaban a nosotros más rápido debido a la acción de Zaku.
Por supuesto que sí ves algo que va hacia ti lo intentas evadir de cualquier forma solo porque no lo conoces y no quieres saber lo que te pueda hacer. Esto hiso que se dividieran y evitando mi sombra tenía a uno, intentando moverlo hacia mi pero en otras direcciones. Esperando que Saku se encargara del otro si se atreviera a hacer algún movimiento ofensivo al llegar a nuestra posición.
Por su puesto que mi porte aún seguía igual, no podría moverme mientras intento atrapar al bandido con mi sombra, pero de igual forma tenía el kunai en la otra mano, esperando.
Concentrado solo en la sombra que lo perseguía, no logró darse cuenta de que estaba justo enfrente de mi, pero dándome la espalda. Por lo menos, hasta que su compañero le gritó alertándolo de mi sorprendente ataque con mi kunai. Pero ya era demasiado tarde para evitar ser lastimado gravemente, al menos no fue asesinado, por su reacción inmediata a la alerta.
El bandido al escuchar la alerta del compañero, giró su cuerpo completamente deslizando su katana. Al menos pude perforar su espalda y rajarla debido a su movimiento. Pero no lo suficientemente como para asesinarlo. La katana era fácil de evadir ya que venía por un objetivo que no veía. Incline mis rodillas y agaché mi cuerpo para dejar pasar la katana sobre mi, cortando algunos pelos de mi moño. Pero esta misma posición me permitió dar una segunda puñalada, al impulsar mis piernas inclinadas y dejar toda la fuerza de impulso en el arma. Esta vez le clavaría justo en el baso tan profundo que se me hacía difícil sacarlo, asique el rival solo se apartó hacia atrás y se quedó con el kunai clavado.
Su movimiento hiso que nos dividiera una distancia defensiva entre los dos. Ya le deje claro que no era ningún mocoso al que se le podría aventar dándole espadazos así por así.