14/07/2017, 08:11
Rápidamente Izumi entendió que no se podía esperar ni un segundo más, por lo que menciono que se dirigirían a la Carpa Dorada, tan solo por el nombre Zaku suponía que se trataría de un restaurante elegante, de exquisitas comidas y un ambiente espectacular. Caminaron apurando el paso, hasta que llegaron al final del hall, allí dos gigantes columnas cuadradas sostenían un par de estatuas de carpas de oro, daba la impresión que estuviesen vigilando a todo aquel que entrara o saliera del lugar.
- Vaya… Deben preparar exquisitos platos, desde aquí puedo sentirlo. – Entraba al restaurante mientras respiraba hondo, tratando de oler el aroma a comida.
Avanzaron rápidamente por una alfombra roja, digna de cualquier lugar lujoso, está llevaba a una puerta de madera con una serie de dibujos japoneses tallados. En sus costados se encontraban dos tipos corpulentos, llevaban unos trajes oscuros, con cara de pocos amigos miraron a todo aquel que se acercara.
- Que lugar es esté, estos tipos no nos dejaran entrar… quizás se equivocó de restaurante. – El rostro de los dos sujetos le generaban duda al Hyuga, sus miradas intimidarían a cualquiera.
Una gota de sudor caía por su rostro, pensó que estaba en problemas, su cuerpo no aguantaría mucho sin comida. Afortunadamente los rostros de los hombres cambio drásticamente cuando reconocieron a la peli rosa, rápidamente abrieron la puerta saludándola. Lo mismo hizo la muchacha que mencionaba sus nombres saludándolos de manos, al parecer era una clienta de primera categoría. Está preguntaba por quien seguramente era el dueño del local, a lo que uno de los hombres entro avisar de su presencia, por la rapidez de sus pasos a Zaku no le caía ninguna duda de lo importante que era Izumi en ese lugar.
- Hola, hola. – Saludaba al guardia mientras corría apurado tratando de alcanzar a su compañera.
Ingresaron a un enorme salón, era la recepción, sin duda este era uno de los lugares más hermosos del restaurante, debía serlo, acá las personas esperaban ser llevadas a sus mesas. Se podía ver cómo la gente se amontonaba esperando ingresar, todos se encontraban con sus mejores trajes y peinados, algunos conversaban sentados en unos llamativos sillones, otros de pies observaban algunos objetos que adornaban el lugar.
- Izumi… No me avisaste lo lujoso que es este lugar, míralos todos están bien vestidos, yo me puse lo primero que encontré. – Le reprochaba a la peli rosa mientras le reprochaba a la peli rosa.