16/07/2017, 17:56
Sin duda alguna, la escena que se encontró nada más abrir la puerta del lugar era propia de cualquiera de las peores pesadillas que podía imaginar, y lo peor de todo, era que, debido a que tenía la obligación, iba a quedarse en aquel lugar por un largo rato hasta que todo aquello pareciera un baño de personas, y no uno más propio de animales sin sentido del olfato.
— Oh sí, oh, sí que estoy. Menos mal, ya había tenido que ponerme yo a empezar el trabajo. Necesitamos esto limpio para mañana. Aquí tienes el equipo y allí tienes hasta el último producto de limpieza que necesitas. Ah, eh, la única ventana de la estancia ya está abierta de par en par y la puerta tiene que permanecer cerrada porque hay más gente por aquí preparando el evento y no queremos que se mueran de la peste. En un rato te traeran la cosa esa para limpiar el suelo, de mientras ves limpiando los orinales, que están bonitos tambien. ¿Alguna duda?
El hombre, de pelo negro y tez morena parecía llevar esperándole por un rato, y desde luego, se notaba que tenía ganas de endosar aquel trabajo a alguien más, por lo que, en cuanto el peliblanco apareció, su rostro se iluminó como probablemente nunca lo hubiera hecho y, sin dejar al Senju hablar, le colocó toda la indumentaria necesaria.
— Eh... ¿tengo que limpiar todo esto yo solo? — Era una pregunta inocente, pero realmente era mucho trabajo para una sola persona.
De repente, y precedido de unos pasos que anunciaron su llegada, un hombre apareció en el lugar, y Riko solo podía rezar para que aquella persona estuviera allí para ayudarlo.
— Oh sí, oh, sí que estoy. Menos mal, ya había tenido que ponerme yo a empezar el trabajo. Necesitamos esto limpio para mañana. Aquí tienes el equipo y allí tienes hasta el último producto de limpieza que necesitas. Ah, eh, la única ventana de la estancia ya está abierta de par en par y la puerta tiene que permanecer cerrada porque hay más gente por aquí preparando el evento y no queremos que se mueran de la peste. En un rato te traeran la cosa esa para limpiar el suelo, de mientras ves limpiando los orinales, que están bonitos tambien. ¿Alguna duda?
El hombre, de pelo negro y tez morena parecía llevar esperándole por un rato, y desde luego, se notaba que tenía ganas de endosar aquel trabajo a alguien más, por lo que, en cuanto el peliblanco apareció, su rostro se iluminó como probablemente nunca lo hubiera hecho y, sin dejar al Senju hablar, le colocó toda la indumentaria necesaria.
— Eh... ¿tengo que limpiar todo esto yo solo? — Era una pregunta inocente, pero realmente era mucho trabajo para una sola persona.
De repente, y precedido de unos pasos que anunciaron su llegada, un hombre apareció en el lugar, y Riko solo podía rezar para que aquella persona estuviera allí para ayudarlo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»