18/07/2017, 18:47
— Eh... ¿tengo que limpiar todo esto yo solo? —
Nara Daichi no hizo nada más que reirse amablemente ante la inocente pregunta del genin.
— Pues claro, chaval, de eso van las misiones de rango D. Cuando yo tenía tu edad, una misión de rango D podía tenerte dos días limpiando como un condenado para unos miseros 100 ryos. Recuerdo una vez que...
De repente la puerta se abrió de par en par y un hombre notablemente más joven que Daichi tuvo que recular un par de pasos ante el poderoso tufo que desprendía el cuarto de lavabos. Se tapo la nariz con la mano haciendo su voz comicamente más aguda.
— Daichi-sama, necesitamos refuerzos con la preparación del ala este.
Daichi solo asintió un poco decepcionado por el poco aguante de su camarada al pestazo infernal a orín. Finalmente, le dio una palmada a Riko en la espalda antes de dirigirse a la puerta.
— Bueno, chico, no te preocupes, me pasaré cuando acabemos con lo demás por si necesitas más ayuda.
Y se marchó, dejando a Riko a solas con su pensamiento, el olor, los productos de limpieza, el cepillo y un cubo con agua espumosa. Ah, y con toda la mierda pegada por las paredes, el suelo y los orinales.
Nara Daichi no hizo nada más que reirse amablemente ante la inocente pregunta del genin.
— Pues claro, chaval, de eso van las misiones de rango D. Cuando yo tenía tu edad, una misión de rango D podía tenerte dos días limpiando como un condenado para unos miseros 100 ryos. Recuerdo una vez que...
De repente la puerta se abrió de par en par y un hombre notablemente más joven que Daichi tuvo que recular un par de pasos ante el poderoso tufo que desprendía el cuarto de lavabos. Se tapo la nariz con la mano haciendo su voz comicamente más aguda.
— Daichi-sama, necesitamos refuerzos con la preparación del ala este.
Daichi solo asintió un poco decepcionado por el poco aguante de su camarada al pestazo infernal a orín. Finalmente, le dio una palmada a Riko en la espalda antes de dirigirse a la puerta.
— Bueno, chico, no te preocupes, me pasaré cuando acabemos con lo demás por si necesitas más ayuda.
Y se marchó, dejando a Riko a solas con su pensamiento, el olor, los productos de limpieza, el cepillo y un cubo con agua espumosa. Ah, y con toda la mierda pegada por las paredes, el suelo y los orinales.