25/07/2017, 17:30
— Y... ¡Con eso bastará! — Exclamó Kuro dando una palmada para llamar la atención de ambos shinobi. — Creo que ambos habéis hecho un gran trabajo con esta pelea, y nos habéis dejado claro que el taijutsu no es solo músculo y leches con las extremidades.
Se acercó a Yota y le dio una palmada en el hombro, luego acercó a Izumi tanto que ambos quedaron bajo los brazos del profesor, que murmuró:
— Me había equivocado con vosotros, chicos; pero lo habéis hecho muy bien, si no me creéis mirad la cara de emoción que tienen mis alumnos... — Aquello lo dijo enchido de felicidad. — Sí, esto es justo lo que quería.
— ¡Eso ha sido alucinante!
— ¡Quiero que me enseñe Izumi-sensei!
— Yota-sensei lo ha hecho mucho mejor...
Kuro deshizo el agarre que ejercía sobre Izumi y Yota y mandó callar a sus alumnos que pronto dejaron de chillar emocionados para sentarse bien en su sitio. Luego se miraron entre ellos, como si supiesen exactamente qué venía a continuación...
— ¡Gracias por todo! — Exclamaron al unísono todos los allí presentes para después hacer una pequeña reverencia en señal de su gratitud.
Kuro sonrió, orgulloso y de su bolsillo derecho sacó un pergamino sellado con el símbolo de Kusagakure grabado en él que tendió a Izumi —quién había enseñado el pergamino de la misión— para dar por concluida su tarea.
— Gracias chicos, entregad esto en la secretaría del Edificio del Morikage y con esto habéis cumplido la misión, espero contar con vosotros de nuevo más adelante.
Y entre movimientos de manos y numerosas palabras de despedida, Izumi y Yota habían logrado terminar su cometido allí, solo tenían que finalizar la misión allí donde empezó todo y esperar por su tan merecida recompensa.
Se acercó a Yota y le dio una palmada en el hombro, luego acercó a Izumi tanto que ambos quedaron bajo los brazos del profesor, que murmuró:
— Me había equivocado con vosotros, chicos; pero lo habéis hecho muy bien, si no me creéis mirad la cara de emoción que tienen mis alumnos... — Aquello lo dijo enchido de felicidad. — Sí, esto es justo lo que quería.
— ¡Eso ha sido alucinante!
— ¡Quiero que me enseñe Izumi-sensei!
— Yota-sensei lo ha hecho mucho mejor...
Kuro deshizo el agarre que ejercía sobre Izumi y Yota y mandó callar a sus alumnos que pronto dejaron de chillar emocionados para sentarse bien en su sitio. Luego se miraron entre ellos, como si supiesen exactamente qué venía a continuación...
— ¡Gracias por todo! — Exclamaron al unísono todos los allí presentes para después hacer una pequeña reverencia en señal de su gratitud.
Kuro sonrió, orgulloso y de su bolsillo derecho sacó un pergamino sellado con el símbolo de Kusagakure grabado en él que tendió a Izumi —quién había enseñado el pergamino de la misión— para dar por concluida su tarea.
— Gracias chicos, entregad esto en la secretaría del Edificio del Morikage y con esto habéis cumplido la misión, espero contar con vosotros de nuevo más adelante.
Y entre movimientos de manos y numerosas palabras de despedida, Izumi y Yota habían logrado terminar su cometido allí, solo tenían que finalizar la misión allí donde empezó todo y esperar por su tan merecida recompensa.