27/07/2017, 18:00
(Última modificación: 29/07/2017, 03:05 por Amedama Daruu.)
El primer tramo transcurrió en silencio, con la sonrisa aún dibujada en el rostro del tiburón. Aquello fue, en un principio, lo suficientemente sencillo como para que no le costase a ninguno de los dos llegar hasta los últimos cortes gélidos de roca y hielo, donde la cosa se fue poniendo mucho más difícil de lo que alguno de los dos pudiera imaginar.
La corriente de aire era más fuerte, aunque ésta traía consigo más hielo que aire. Kaido supuso entonces que mientras más alto subieran, mayor sería el desafío en todos los sentidos. Tanto como para escalar, como para respirar. ¿Pero se iba a asustar por semejante nimiedad?
¡Ni de coña!
—Pues está jodida la hideputa, sí —comentó Daruu, sobre el temporal.
—Jodida es poco, ojos blancos; jodida es poco —admitió, mientras trastabillaba entre pasos cortos para no resbalar, y así asomar un poco el cogote por detrás de las rocas adyacentes—. si supiéramos al menos cómo va el camino. Porque, te digo, un paso en falso aquí y... olvídate del torneo.
Carcajeó, como si esa posibilidad —la de romperse todos los huesos en una caída— le resultase de lo más graciosa.
La corriente de aire era más fuerte, aunque ésta traía consigo más hielo que aire. Kaido supuso entonces que mientras más alto subieran, mayor sería el desafío en todos los sentidos. Tanto como para escalar, como para respirar. ¿Pero se iba a asustar por semejante nimiedad?
¡Ni de coña!
—Pues está jodida la hideputa, sí —comentó Daruu, sobre el temporal.
—Jodida es poco, ojos blancos; jodida es poco —admitió, mientras trastabillaba entre pasos cortos para no resbalar, y así asomar un poco el cogote por detrás de las rocas adyacentes—. si supiéramos al menos cómo va el camino. Porque, te digo, un paso en falso aquí y... olvídate del torneo.
Carcajeó, como si esa posibilidad —la de romperse todos los huesos en una caída— le resultase de lo más graciosa.