1/08/2017, 11:40
Daruu hizo reír a Ayame, que se tapó la boca para no soltar una carcajada. Eso le llenó de una extraña calidez y se sonrojó, pero esta vez no apartó la mirada de sus ojos. Ayame se inclinó hacia adelante, y Daruu sintió su corazón bombear la sangre cada vez más rápido. Paradójicamente, cada vez se sentía más mareado.
—Mucho me temo que te vas a llevar una desilusión —respondió en un susurro—. Pero los superhéroes, como nuestra familia, debemos mantener nuestros superpoderes en secreto.
Ayame le clavó la mirada durante lo que pareció una eternidad, totalmente seria. Finalmente, ambos muchachos se acompañaron en una sonora carcajada. La muchacha tomó los palillos y se dispuso a seguir comiendo, pero Daruu la tomó de la mano y la atrajo hacia sí.
A dos milímetros el uno del otro, susurró:
—Yo tengo el superpoder de ver a través de las cosas, y creo que puedo ver a través de ti —dijo—. Creo que tu superpoder es el de enamorarme más a cada segundo.
Y la besó.
—Mucho me temo que te vas a llevar una desilusión —respondió en un susurro—. Pero los superhéroes, como nuestra familia, debemos mantener nuestros superpoderes en secreto.
Ayame le clavó la mirada durante lo que pareció una eternidad, totalmente seria. Finalmente, ambos muchachos se acompañaron en una sonora carcajada. La muchacha tomó los palillos y se dispuso a seguir comiendo, pero Daruu la tomó de la mano y la atrajo hacia sí.
A dos milímetros el uno del otro, susurró:
—Yo tengo el superpoder de ver a través de las cosas, y creo que puedo ver a través de ti —dijo—. Creo que tu superpoder es el de enamorarme más a cada segundo.
Y la besó.