1/08/2017, 20:21
Aiko se decantó por saludar a aquel extraño hombre que había aparecido. Aun así, Juro pudo ver perfectamente su rostro y supo que algo en ese hombre no era de su agrado.
— Buenas tardes — murmuró.
El hombre le saludó a él también. Aun así, sintió que su atención iba más hacia Aiko. Básicamente se dirigió a ella y la observó, como si fuese una diosa o algo fuera de lo normal.
— Siento interrumpir vuestra conversación, señorita y... niño — dijo, ganándose el desprecio de Juro. Después, se dirigió a Aiko, en tono confidente —. ¿Cómo se encuentra, señorita? ¿Este niño es familiar suyo, o simplemente ha quedado prendado de su increíble belleza?
Juro abrió la boca para decir algo, pero se dio cuenta de que no tenía nada que decir ante eso. ¿Qué diablos?
— ¿Puedo preguntar por su nombre? — murmuró ante Aiko, con gran respeto. Solo le faltaba arrodillarse —. Pero antes, déjeme presentarme. Soy Furokawa, un humilde vendedor ambulante que se gana la vida recorriendo el mundo.
El hombre rechoncho señaló el carro, como si fuese un justificante de su profesión. Juro se sintió algo incómodo por su presencia. No es que pareciese peligroso — dudó que en su condición física pudiera hacer un movimiento sin que Aiko o él se dieran cuenta —, pero nunca había conocido a un mercader ambulante así.
— Buenas tardes — murmuró.
El hombre le saludó a él también. Aun así, sintió que su atención iba más hacia Aiko. Básicamente se dirigió a ella y la observó, como si fuese una diosa o algo fuera de lo normal.
— Siento interrumpir vuestra conversación, señorita y... niño — dijo, ganándose el desprecio de Juro. Después, se dirigió a Aiko, en tono confidente —. ¿Cómo se encuentra, señorita? ¿Este niño es familiar suyo, o simplemente ha quedado prendado de su increíble belleza?
Juro abrió la boca para decir algo, pero se dio cuenta de que no tenía nada que decir ante eso. ¿Qué diablos?
— ¿Puedo preguntar por su nombre? — murmuró ante Aiko, con gran respeto. Solo le faltaba arrodillarse —. Pero antes, déjeme presentarme. Soy Furokawa, un humilde vendedor ambulante que se gana la vida recorriendo el mundo.
El hombre rechoncho señaló el carro, como si fuese un justificante de su profesión. Juro se sintió algo incómodo por su presencia. No es que pareciese peligroso — dudó que en su condición física pudiera hacer un movimiento sin que Aiko o él se dieran cuenta —, pero nunca había conocido a un mercader ambulante así.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60