3/08/2017, 17:02
El tiempo en el interior de aquel lugar era incierto y los olores aún más desconcertantes, si el instinto no le fallaba, podría llevar ya una hora quitando mierda de las paredes. Y la cosa no parecía ir a variar mucho en lo que quedaba de día.
Hasta que unos suaves golpecitos en la puerta interrumpieron su rutina de frotar y frotar.
— ¿Riko-san?
La puerta se abrió lo justo para que se filtrara algo de ese aire tóxico y la chica que estaba al otro lado recibió la hostia. Dio un paso atrás desorientada tropezandose con el cubo lleno de agua que ella misma había cargado hasta ahí. Por suerte para ella, su caída no provocó que el cubo volcara ni se cayó dentro del mismo. Su culo se posó sobre el suelo abruptamente mientras tosía energicamente intentando sacar el maloliente aire de sus pulmones, pero ya era tarde.
Su melena roja carmesí se movía de un lado para otro mientras la pobre kunoichi luchaba por sobrevivir, vestida con una camiseta ancha del mismo tono que su pelo y con sus pechos aún en desarrollo envueltos en vendas bajo la misma. En las piernas solo llevaba unas mallas negras y unas sandalias shinobi. Estampado en su espalda estaba el simbolo de su clan y en su frente había una bandana como la de Riko.
A su lado había un cubo con agua espumosa y dentro de éste un cepillo pegado a un palo, seguramente era el utensilio del que le había hablado Daichi.
Hasta que unos suaves golpecitos en la puerta interrumpieron su rutina de frotar y frotar.
— ¿Riko-san?
La puerta se abrió lo justo para que se filtrara algo de ese aire tóxico y la chica que estaba al otro lado recibió la hostia. Dio un paso atrás desorientada tropezandose con el cubo lleno de agua que ella misma había cargado hasta ahí. Por suerte para ella, su caída no provocó que el cubo volcara ni se cayó dentro del mismo. Su culo se posó sobre el suelo abruptamente mientras tosía energicamente intentando sacar el maloliente aire de sus pulmones, pero ya era tarde.
Su melena roja carmesí se movía de un lado para otro mientras la pobre kunoichi luchaba por sobrevivir, vestida con una camiseta ancha del mismo tono que su pelo y con sus pechos aún en desarrollo envueltos en vendas bajo la misma. En las piernas solo llevaba unas mallas negras y unas sandalias shinobi. Estampado en su espalda estaba el simbolo de su clan y en su frente había una bandana como la de Riko.
A su lado había un cubo con agua espumosa y dentro de éste un cepillo pegado a un palo, seguramente era el utensilio del que le había hablado Daichi.