9/08/2017, 13:29
El vendedor sacó su crema milagrosa, con una ingeniosa frase como gancho para que la chica se decidiese a venderla. Aiko miró la crema; después, miró a Juro, y volvió a mirar al hombre, antes de echarse a reír.
« Es muy guapa cuando se ríe » — pensó, inconscientemente.
Juro la observó. Bajó aquella capa de misterio y pesar, su risa sonó natural. Incluso las lágrimas brotaban de sus ojos por el movimiento involuntario. Juro rió un poco también. Era imposible no hacerlo.
— Lo siento, pero te equivocaste de chica — mencionó, esperando no llevarse una nueva reprimenda.
El vendedor se pasó el rato observándoles, sin acabar de entender porque se reían de su producto. Aun así, mantuvo el temple y no dijo nada. Aiko finalmente habló.
— ¿Para qué querría esa crema? No envejezco, ni tampoco enfermo... soy inmortal. Jamás sabré lo que es tener una maldita arruga... para bien o para mal.
Juro suspiró. Finalmente se lo había dicho. El vendedor no se inmutó.
— Así que es eso. Entonces la crema va para el carro. — y como si fuera tal cosa, la echó otra vez adentro y siguió rebuscando —. Tengo algo perfecto para ti.
Era sorprendente su capacidad para asimilar y recomponerse. Tuvo una mala sensación al verle rebuscar nuevamente en ese carro, pero se le pasó al momento. Después de todo, aquel hombre no tenía ni idea de lo que pasaba. Quizá incluso se lo había tomado de broma, o como una ridícula excusa para evadir su producto.
« Debe de ser eso. Le habrán dado tantas excusas ridículas que ni se inmuta »
— Creo que ahora va a darte el bocadillo — le susurró por lo bajo, para que solo le oyese ella.
Finalmente, sacó algo. En esta ocasión, era un pequeño frasco de cristal rectangular. En su interior, había un líquido de un color que mezclaba el verde claro y el amarillo. Sobre el frasco había un dosificador, de los antiguos, que al ser pulsado exhalaba la sustancia mediante una boquilla. El frasco tenía también un lacito rojo. Sobre el cristal, había grabadas unas letras: "Eau de Inmortal".
El vendedor se lo acercó, apremiante, y dejó que Aiko lo cogiese.
— Este perfume es muy popular. Dice que despide un olor digno de un ser inmortal — dijo, con una sonrisa — Pruebelo, adelante.
« Es muy guapa cuando se ríe » — pensó, inconscientemente.
Juro la observó. Bajó aquella capa de misterio y pesar, su risa sonó natural. Incluso las lágrimas brotaban de sus ojos por el movimiento involuntario. Juro rió un poco también. Era imposible no hacerlo.
— Lo siento, pero te equivocaste de chica — mencionó, esperando no llevarse una nueva reprimenda.
El vendedor se pasó el rato observándoles, sin acabar de entender porque se reían de su producto. Aun así, mantuvo el temple y no dijo nada. Aiko finalmente habló.
— ¿Para qué querría esa crema? No envejezco, ni tampoco enfermo... soy inmortal. Jamás sabré lo que es tener una maldita arruga... para bien o para mal.
Juro suspiró. Finalmente se lo había dicho. El vendedor no se inmutó.
— Así que es eso. Entonces la crema va para el carro. — y como si fuera tal cosa, la echó otra vez adentro y siguió rebuscando —. Tengo algo perfecto para ti.
Era sorprendente su capacidad para asimilar y recomponerse. Tuvo una mala sensación al verle rebuscar nuevamente en ese carro, pero se le pasó al momento. Después de todo, aquel hombre no tenía ni idea de lo que pasaba. Quizá incluso se lo había tomado de broma, o como una ridícula excusa para evadir su producto.
« Debe de ser eso. Le habrán dado tantas excusas ridículas que ni se inmuta »
— Creo que ahora va a darte el bocadillo — le susurró por lo bajo, para que solo le oyese ella.
Finalmente, sacó algo. En esta ocasión, era un pequeño frasco de cristal rectangular. En su interior, había un líquido de un color que mezclaba el verde claro y el amarillo. Sobre el frasco había un dosificador, de los antiguos, que al ser pulsado exhalaba la sustancia mediante una boquilla. El frasco tenía también un lacito rojo. Sobre el cristal, había grabadas unas letras: "Eau de Inmortal".
El vendedor se lo acercó, apremiante, y dejó que Aiko lo cogiese.
— Este perfume es muy popular. Dice que despide un olor digno de un ser inmortal — dijo, con una sonrisa — Pruebelo, adelante.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60