10/08/2017, 15:55
Yubiwa se rio de Yota, pues se había explicado en la reunión que los hilos eran visibles sin la necesidad de técnica alguna. Pero a Taeko le quedó una duda.
”Sí, pero ¿Cómo encontrarlo? Un hilo de seda es visible al ojo humano, pero hallar uno en un bosque no es para nada fácil…”
No obstante, no externó su duda, y se limitó a seguirle el paso al líder del grupo, mientras que la flora del área pasaba de tallos bambú a árboles más convencionales y la noche se cernía sobre ellos. La travesía se fue haciendo gradualmente más difícil. Yubiwa claramente tenía una capacidad mayor que los genin que lo seguían. En unos minutos, el ninja mayor les llevaba nucha ventaja, aunque parecía no quitarles atención de encima.
Taeko comenzaba a sentir el trabajo en sus piernas, alegrándose de haber entrenado aunque sea unos días antes. Sin embargo, esto no fue suficiente, pues también Yota comenzaba a dejarla atrás. La peliplateada resollaba, aunque intentaba con todas sus fuerzas enfocarse en no detener el paso, y aminorarlo lo menos posible. El ninja de piel bronceada le regaló una mirada y una sonrisa, y Taeko no pudo evitar devolvérselas, pues le habían infundido ánimos.
Después de un buen rato con el corazón y pulmones pidiendo a gritos un descanso, se detuvieron. Taeko soltaba sonoros respingos, recuperando el aire. Después de unos minutos, se sentó frente a la fogata que el jōnin había hecho, mientras él ponía unos cuantos bollos al fuego.
Mirando el crepitar del fuego, la chica se dio cuenta de que su situación era aun más inútil. En la oscuridad de la noche, ¿qué tan bien podrían leer sus notas? Bajó la mirada, entristecida levemente. Pero al siguiente momento, Yubiwa señaló un rectángulo que se veía entre las sombras, y alentó a Yota a ir a recogerlo, diciendo que era un billete de 500 ryos.
”¿Eh? ¿Quién dejaría dinero tirado en medio del bosque? Debió ser un accidente muy poco conveniente… ¿Pero en serio es un billete? Jum…”
Taeko entrecerraba los ojos, intentando divisar entre las sombras si era en efecto dinero, mientras que Yota seguía las indicaciones del peliazul y se levantaba a recogerlo, discutiendo consigo mismo si era correcto o no.
”No será… ¿alguna trampa?” pensó la peliplateada, tensándose levemente, atenta a su compañero.
”Sí, pero ¿Cómo encontrarlo? Un hilo de seda es visible al ojo humano, pero hallar uno en un bosque no es para nada fácil…”
No obstante, no externó su duda, y se limitó a seguirle el paso al líder del grupo, mientras que la flora del área pasaba de tallos bambú a árboles más convencionales y la noche se cernía sobre ellos. La travesía se fue haciendo gradualmente más difícil. Yubiwa claramente tenía una capacidad mayor que los genin que lo seguían. En unos minutos, el ninja mayor les llevaba nucha ventaja, aunque parecía no quitarles atención de encima.
Taeko comenzaba a sentir el trabajo en sus piernas, alegrándose de haber entrenado aunque sea unos días antes. Sin embargo, esto no fue suficiente, pues también Yota comenzaba a dejarla atrás. La peliplateada resollaba, aunque intentaba con todas sus fuerzas enfocarse en no detener el paso, y aminorarlo lo menos posible. El ninja de piel bronceada le regaló una mirada y una sonrisa, y Taeko no pudo evitar devolvérselas, pues le habían infundido ánimos.
Después de un buen rato con el corazón y pulmones pidiendo a gritos un descanso, se detuvieron. Taeko soltaba sonoros respingos, recuperando el aire. Después de unos minutos, se sentó frente a la fogata que el jōnin había hecho, mientras él ponía unos cuantos bollos al fuego.
Mirando el crepitar del fuego, la chica se dio cuenta de que su situación era aun más inútil. En la oscuridad de la noche, ¿qué tan bien podrían leer sus notas? Bajó la mirada, entristecida levemente. Pero al siguiente momento, Yubiwa señaló un rectángulo que se veía entre las sombras, y alentó a Yota a ir a recogerlo, diciendo que era un billete de 500 ryos.
”¿Eh? ¿Quién dejaría dinero tirado en medio del bosque? Debió ser un accidente muy poco conveniente… ¿Pero en serio es un billete? Jum…”
Taeko entrecerraba los ojos, intentando divisar entre las sombras si era en efecto dinero, mientras que Yota seguía las indicaciones del peliazul y se levantaba a recogerlo, discutiendo consigo mismo si era correcto o no.
”No será… ¿alguna trampa?” pensó la peliplateada, tensándose levemente, atenta a su compañero.
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
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