11/08/2017, 01:03
La chica a la que había liberado era ágil cual gacela. Para cuando Aiko intentó inutilizarla a base de cortarle a la altura de la pierna, ésta lo esquivó de un mero salto, y continuó la evasiva hasta llegar a la altura del mercader. Con relativa facilidad ésta había conseguido llegar hasta el paralizado hombre, que no dudó en pedirle que matase a los chicos. Amenazante, pero paralizado por un veneno que él mismo había utilizado...
A veces, el destino es de lo mas gracioso.
Juro no tardó en avisar que el efecto de su veneno no era demasiado largo, que en unos segundos mas el hombre volvería a recobrar la movilidad. Avisó también de que debían llegar hasta el carro y evitar que sacasen de éste mas armas, pues parecía un arsenal andante. Razón no le faltaba, pero... Aiko no era muy capaz de detener a ambos de un solo ataque, ¿o si?
Ante sus ojos, la mujer tomó la ballesta que anteriormente había empuñado el hombre. Sus manos temblaban como un flan sobre un plato, pero su silencio era amenazante, casi tanto como su arma. Sin duda, no tardaría en disparar.
«Si no puedo ir hasta la montaña, la rompo y punto...»
La chica llevó su diestra hacia el bolsillo, y rápidamente la sacó. Un trozo de papel bien llamativo, que rápidamente se adheriría a un shuriken de papel que habría hecho con la otra mano. Sin mas, lanzó el artilugio, y para cuando éste llegase a la altura del carromato, realizaría el sello de la serpiente.
¡BOOOOM!
La explosión haría que aquél arsenal se fuese al carajo, así como posiblemente el gordo y la mujer, si es que decidían no evitar el artilugio de la chica.
A veces, el destino es de lo mas gracioso.
Juro no tardó en avisar que el efecto de su veneno no era demasiado largo, que en unos segundos mas el hombre volvería a recobrar la movilidad. Avisó también de que debían llegar hasta el carro y evitar que sacasen de éste mas armas, pues parecía un arsenal andante. Razón no le faltaba, pero... Aiko no era muy capaz de detener a ambos de un solo ataque, ¿o si?
Ante sus ojos, la mujer tomó la ballesta que anteriormente había empuñado el hombre. Sus manos temblaban como un flan sobre un plato, pero su silencio era amenazante, casi tanto como su arma. Sin duda, no tardaría en disparar.
«Si no puedo ir hasta la montaña, la rompo y punto...»
La chica llevó su diestra hacia el bolsillo, y rápidamente la sacó. Un trozo de papel bien llamativo, que rápidamente se adheriría a un shuriken de papel que habría hecho con la otra mano. Sin mas, lanzó el artilugio, y para cuando éste llegase a la altura del carromato, realizaría el sello de la serpiente.
¡BOOOOM!
La explosión haría que aquél arsenal se fuese al carajo, así como posiblemente el gordo y la mujer, si es que decidían no evitar el artilugio de la chica.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)