11/08/2017, 21:29
Kageyama, Koko...
—Bonito nombre, un tanto exótico —Saritama Yuriko le tomó de la mano, cruzó su brazo con el de Kageyama y se echó a caminar, dejando atrás a su conductor—. y cómo no, si el placer es mío. He estado gratamente sorprendida al verte, no pensé que alguien tan atractiva, y tan joven, además, decidiera ser Kunoichi.
Yuriko suspiró, y entre sus ojos pudo ver una larga vida como modelo. Carrera que se había convertido en un sacrificio pero que a la larga hubo valido la pena.
—En fin, he pedido expresamente a la aldea un acompañante pues hoy, querida, es un día muy importante para el mundo de la moda, y para mi, por supuesto. Verás, hoy será mi última pasarela, aquella que dará la pincelada a un cuadro de grandes actuaciones, extraordinarios desfiles, y campañas publicitarias. Necesitaré de tu ayuda para que todo salga perfectamente, ¿está bien?
Mientras decía aquello, Saritama Yuriko tomó el único rumbo ascendente que tenía frente a ella. La vereda, aquella ataviada por centenares de árboles cerezo, yendo probablemente hasta el centro de la aldea. Koko, sin embargo, era la que tendría que dirigir aquella galante marcha, y en vista de que tenía a su lado a lo que parecía ser una afamada y reconocida figura del mundo de la moda, era probable que muchos la reconocieran por las calles principales.
Koko tenía tareas pendientes, aún y cuando la misión acababa de comenzar.
—Bonito nombre, un tanto exótico —Saritama Yuriko le tomó de la mano, cruzó su brazo con el de Kageyama y se echó a caminar, dejando atrás a su conductor—. y cómo no, si el placer es mío. He estado gratamente sorprendida al verte, no pensé que alguien tan atractiva, y tan joven, además, decidiera ser Kunoichi.
Yuriko suspiró, y entre sus ojos pudo ver una larga vida como modelo. Carrera que se había convertido en un sacrificio pero que a la larga hubo valido la pena.
—En fin, he pedido expresamente a la aldea un acompañante pues hoy, querida, es un día muy importante para el mundo de la moda, y para mi, por supuesto. Verás, hoy será mi última pasarela, aquella que dará la pincelada a un cuadro de grandes actuaciones, extraordinarios desfiles, y campañas publicitarias. Necesitaré de tu ayuda para que todo salga perfectamente, ¿está bien?
Mientras decía aquello, Saritama Yuriko tomó el único rumbo ascendente que tenía frente a ella. La vereda, aquella ataviada por centenares de árboles cerezo, yendo probablemente hasta el centro de la aldea. Koko, sin embargo, era la que tendría que dirigir aquella galante marcha, y en vista de que tenía a su lado a lo que parecía ser una afamada y reconocida figura del mundo de la moda, era probable que muchos la reconocieran por las calles principales.
Koko tenía tareas pendientes, aún y cuando la misión acababa de comenzar.