12/08/2017, 17:41
Yota se acercó al pequeño papelito cuadrangular a tiempo para descubrir, cuando apenas lo tenía ya delante de las narices, que se trataba de una pequeña hoja recortada y pintarrajeada, además de forma cutre.
Sin previo aviso, una figura vestida con el manto negro de la noche salió de entre los arbustos y le hizo una llave al chico, haciéndolo girar y agarrándolo por el cuello, imposibilitándole el movimiento. Entonces, un sentimiento de puro terror le invadió cuando sintió la punta de un cuchillo jamonero apuntándole al vientre. (Voluntad < 30) Yota sintió como se le helaba la sangre, y quedó totalmente paralizado e impotente.
—¡LE VOY A SACAR LAS TRIPAS A ESTE HIJUEPUTA SI NO ME DAIS TODO EL DINERO QUE LLEVÁIS ENCIMA! —gritó el encapuchado.
Y luego, hizo puff.
Yubiwa se dejó caer en el césped y soltó el palo con su bollito de carne. Cruzó los dos brazos sobre el estómago y se desternilló como nunca.
—¡Dios mío, te tenías que haber visto la cara! —dijo—. Pero tío, si la broma era evidente.
Sí, sí, mucha broma. Pero Yubiwa había escondido un kage bunshin y había preparado la treta antes de parar, y ellos ni siquiera se habían dado cuenta. ¿Hasta dónde llegaba la fuerza de aquél jounin?
—A ver, vamos a cenar, que nos harán falta las energías para mañana. ¡Hostia mi bollito, que se quema! —Yubiwa se reincorporó con rapidez y cogió el bollo, que estaba ya medio negruzco—. Bien tostadito. Así me gusta.
Sin previo aviso, una figura vestida con el manto negro de la noche salió de entre los arbustos y le hizo una llave al chico, haciéndolo girar y agarrándolo por el cuello, imposibilitándole el movimiento. Entonces, un sentimiento de puro terror le invadió cuando sintió la punta de un cuchillo jamonero apuntándole al vientre. (Voluntad < 30) Yota sintió como se le helaba la sangre, y quedó totalmente paralizado e impotente.
—¡LE VOY A SACAR LAS TRIPAS A ESTE HIJUEPUTA SI NO ME DAIS TODO EL DINERO QUE LLEVÁIS ENCIMA! —gritó el encapuchado.
Y luego, hizo puff.
Yubiwa se dejó caer en el césped y soltó el palo con su bollito de carne. Cruzó los dos brazos sobre el estómago y se desternilló como nunca.
—¡Dios mío, te tenías que haber visto la cara! —dijo—. Pero tío, si la broma era evidente.
Sí, sí, mucha broma. Pero Yubiwa había escondido un kage bunshin y había preparado la treta antes de parar, y ellos ni siquiera se habían dado cuenta. ¿Hasta dónde llegaba la fuerza de aquél jounin?
—A ver, vamos a cenar, que nos harán falta las energías para mañana. ¡Hostia mi bollito, que se quema! —Yubiwa se reincorporó con rapidez y cogió el bollo, que estaba ya medio negruzco—. Bien tostadito. Así me gusta.
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