13/08/2017, 21:27
Pero Yubiwa, con una presteza digna de un jounin, se inclinó rápidamente cuando los genin fueron a coger sus bollos y les dio una fuerte yoya en las manos para apartarlas de su cena.
—¡Eh! ¡Oye! Que esta es mi cena, chicos. —Y tan ancho él, empezó a comerse el primero mientras colocaba los otros dos cerca del fuego y que se fueran calentando—. Encima sólo me he traído tres.
»¿Acaso no os habéis traído vuestras propias provisiones?
Todo esto lo dijo sin dejar de sonreír. El hombre devoró los bollos uno a uno, despacio, contento. Tanto si respondían afirmativamente como si no, él no compartió ni un sólo trozo de su comida.
—Y después de una buena cena, más vale que nos pongamos a dormir. Mañana nos levantaremos tempranito para continuar la misión.
Yubiwa dejó su mochila apoyada en el tronco de un árbol y se tumbó, apoyando la cabeza en ella. Cruzó las piernas y se echó los brazos detrás de la cabeza.
—Hala, buenas noches mozos.
—¡Eh! ¡Oye! Que esta es mi cena, chicos. —Y tan ancho él, empezó a comerse el primero mientras colocaba los otros dos cerca del fuego y que se fueran calentando—. Encima sólo me he traído tres.
»¿Acaso no os habéis traído vuestras propias provisiones?
Todo esto lo dijo sin dejar de sonreír. El hombre devoró los bollos uno a uno, despacio, contento. Tanto si respondían afirmativamente como si no, él no compartió ni un sólo trozo de su comida.
—Y después de una buena cena, más vale que nos pongamos a dormir. Mañana nos levantaremos tempranito para continuar la misión.
Yubiwa dejó su mochila apoyada en el tronco de un árbol y se tumbó, apoyando la cabeza en ella. Cruzó las piernas y se echó los brazos detrás de la cabeza.
—Hala, buenas noches mozos.
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