14/08/2017, 02:08
—Yo no lo conozco, quizá podrías compartir un poco, no?
—Que soso que eres, Daigo. Que soso que eres...
Por supuesto, el peliverde ya se esperaba una respuesta semejante pero aquello no le hizo cambiar de opinión, no, ni si quiera hizo que se lo pensase, por lo que simplemente se encongió de hombros sin darle más importancia al asunto.
—Espero que si te toca con Yota le patees el culo.
Wow.
Keisuke soltó aquello sin ninguna clase de filtro o censura.
—Utiliza técnicas raiton, no parece destacar en si, nada en particular... Aunque recuerdo que su brazo se cubrió de electricidad...
—Lo tenía en mis manos, mi aguja estaba clavada en su cuello, justo para perforarle si no se rendía.
Daigo empezó a sentirse cada vez más incómodo a medida que hablaba el pelirrojo. ¿Con la aguja clavada en su cuello? No podía si quiera imaginarse aquella escena, y para colmo Keisuke se relamió de una manera que el peliverde solo podría describir como escalofriante.
—Él terminó sacando valor y fuerzas en el último segundo y me dio de lleno con sus técnicas, ahí terminó todo.
—Por lo que me cuentas, compañero, me parece que bajaste la guardia. Pero bueno, no te martirices. Ya te vengaré yo si me llega a tocar contra ese papanatas. Le patearé tanto ese trasero Kusareño que no le quedarán ganas de sentarse sobre sus Hierbas —dijo Kaido, antes de voltear a mirat al peliverde—. Sin ánimos de ofender, desde luego.
—Tranquilo, no me ofende... —Mentira.
Sin previo aviso, los tres genin se vieron rodeados por diez civiles armados con todo tipo de armas clandestinas.
—Eh, pero si é el shiquillo caraépez que pajó a la jiguiente ronda. El que me ijo perder un montón é pasta y que ahora me la va a devolvé...
El peliverde miró a su alrededor completamente confundido con un rostro que gritaba ¿Por qué demonios está pasando esto?
Demonios, esto es malo, no podemos simplemente usar ninjutsu contra unos civiles.
El chico caminó lentamente hacia atrás, en dirección al borde del puente, hasta que su espalda tocó la barandilla.
Si la cosa se pone fea, todavía podemos escapar corriendo en el agua, pero no puedo dejar a estos dos solos...
Claro, no los podía dejar solos, pues con la nueva cara de Keisuke que acababa de conocer, no sabía si podría acabar dañando severamente a alguien, o... algo peor.
—Que soso que eres, Daigo. Que soso que eres...
Por supuesto, el peliverde ya se esperaba una respuesta semejante pero aquello no le hizo cambiar de opinión, no, ni si quiera hizo que se lo pensase, por lo que simplemente se encongió de hombros sin darle más importancia al asunto.
—Espero que si te toca con Yota le patees el culo.
Wow.
Keisuke soltó aquello sin ninguna clase de filtro o censura.
—Utiliza técnicas raiton, no parece destacar en si, nada en particular... Aunque recuerdo que su brazo se cubrió de electricidad...
—Lo tenía en mis manos, mi aguja estaba clavada en su cuello, justo para perforarle si no se rendía.
Daigo empezó a sentirse cada vez más incómodo a medida que hablaba el pelirrojo. ¿Con la aguja clavada en su cuello? No podía si quiera imaginarse aquella escena, y para colmo Keisuke se relamió de una manera que el peliverde solo podría describir como escalofriante.
—Él terminó sacando valor y fuerzas en el último segundo y me dio de lleno con sus técnicas, ahí terminó todo.
—Por lo que me cuentas, compañero, me parece que bajaste la guardia. Pero bueno, no te martirices. Ya te vengaré yo si me llega a tocar contra ese papanatas. Le patearé tanto ese trasero Kusareño que no le quedarán ganas de sentarse sobre sus Hierbas —dijo Kaido, antes de voltear a mirat al peliverde—. Sin ánimos de ofender, desde luego.
—Tranquilo, no me ofende... —Mentira.
Sin previo aviso, los tres genin se vieron rodeados por diez civiles armados con todo tipo de armas clandestinas.
—Eh, pero si é el shiquillo caraépez que pajó a la jiguiente ronda. El que me ijo perder un montón é pasta y que ahora me la va a devolvé...
El peliverde miró a su alrededor completamente confundido con un rostro que gritaba ¿Por qué demonios está pasando esto?
Demonios, esto es malo, no podemos simplemente usar ninjutsu contra unos civiles.
El chico caminó lentamente hacia atrás, en dirección al borde del puente, hasta que su espalda tocó la barandilla.
Si la cosa se pone fea, todavía podemos escapar corriendo en el agua, pero no puedo dejar a estos dos solos...
Claro, no los podía dejar solos, pues con la nueva cara de Keisuke que acababa de conocer, no sabía si podría acabar dañando severamente a alguien, o... algo peor.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.