14/08/2017, 20:28
El gorila, enfurecido, gritó mientras se aporreaba el pecho con los puños.
—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH. TÚ LIMPIAR POTA, SEÑOR AZUL, O PAM PAM PAM PAM PAM PAM PAM PAM EN EL COCO.
Daruu se escabulló hacia atrás, temeroso. La forma física de Kaido todavía no se había recompuesto.
—Hi-Hibagon-san. ¿Puedes quitarte de ahí? Yo... Voy a ayudar a limpiarlo...
—HOMBRE MALO POTAR EN CUEVA DE HIBAGON. HIBAGON HACER PAM PAM.
Daruu se apresuró a hacer unos sellos.
—Kaido, será mejor que te quites de ahí —dijo, e inmediatamente después arrojó un Mizurappa que se llevó el vómito de Kaido por el túnel. O al menos, lo disolvió. Hibagon pareció tranquilizarse un poco.
»¡Hibagon-san! Tienes que comprender que el Señor Azul solo intenta ayudarte. Por favor, sé comprensivo con nosotros. Además, si le haces pam pam, yo no te hago la pizza.
—Entonces pam pam tú.
—Entonces no hay pizza.
Hibagon pareció reflexionar, muy quieto, con su diminuto cerebro funcionando a toda velocidad.
—Vale. Pues hacer pizza ya. Venga.
—Como te iba diciendo, Hibagon-san, hay un pequeño problema —dijo—. Yo te puedo enseñar a hacer la pizza, pero la vas a tener que amasar tú. Con estas manos tan pequeñas no podría amasar una cantidad tan grande para ti, ¿entiendes?
—PERO YO NO SABER. YO HACER LA PIZZA MAL.
—Es muy sencillo. Sólo tendrás que seguir mis instrucciones. ¿Vale?
Hibagon asintió.
—Bien, Kaido. Arroja toda la harina ahí —dijo, señalando un lugar lejos del charco de agua y del vómito—. Luego, quiero que me ayudes a echar el aceite por encima, y le echaremos agua con un Mizurappa. Será más rápido que esperar que Hibagon-san consiga sacar agua líquida de por aquí...
—BIEEEN. Hacer pizza.
—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH. TÚ LIMPIAR POTA, SEÑOR AZUL, O PAM PAM PAM PAM PAM PAM PAM PAM EN EL COCO.
Daruu se escabulló hacia atrás, temeroso. La forma física de Kaido todavía no se había recompuesto.
—Hi-Hibagon-san. ¿Puedes quitarte de ahí? Yo... Voy a ayudar a limpiarlo...
—HOMBRE MALO POTAR EN CUEVA DE HIBAGON. HIBAGON HACER PAM PAM.
Daruu se apresuró a hacer unos sellos.
—Kaido, será mejor que te quites de ahí —dijo, e inmediatamente después arrojó un Mizurappa que se llevó el vómito de Kaido por el túnel. O al menos, lo disolvió. Hibagon pareció tranquilizarse un poco.
»¡Hibagon-san! Tienes que comprender que el Señor Azul solo intenta ayudarte. Por favor, sé comprensivo con nosotros. Además, si le haces pam pam, yo no te hago la pizza.
—Entonces pam pam tú.
—Entonces no hay pizza.
Hibagon pareció reflexionar, muy quieto, con su diminuto cerebro funcionando a toda velocidad.
—Vale. Pues hacer pizza ya. Venga.
—Como te iba diciendo, Hibagon-san, hay un pequeño problema —dijo—. Yo te puedo enseñar a hacer la pizza, pero la vas a tener que amasar tú. Con estas manos tan pequeñas no podría amasar una cantidad tan grande para ti, ¿entiendes?
—PERO YO NO SABER. YO HACER LA PIZZA MAL.
—Es muy sencillo. Sólo tendrás que seguir mis instrucciones. ¿Vale?
Hibagon asintió.
—Bien, Kaido. Arroja toda la harina ahí —dijo, señalando un lugar lejos del charco de agua y del vómito—. Luego, quiero que me ayudes a echar el aceite por encima, y le echaremos agua con un Mizurappa. Será más rápido que esperar que Hibagon-san consiga sacar agua líquida de por aquí...
—BIEEEN. Hacer pizza.