10/07/2015, 18:15
El tipo lejos de rendirse, consiguió erguirse de nuevo lazando a Tomoe de espaldas que por suerte logró recomponerse en el aire antes de caer en el suelo. Apoyándose en piernas y brazo izquierdo, pudo amortiguar la caída y volver a ponerse en pie con tranquilidad. Justo lo que le faltaba a su oponente que trataba de arrancarse el puñal como un loco.
"Este tipo es muy persistente" se quejó la chica mientras se crujía el cuello "pero ya me estoy cansando de él..." la chica volvió a la carga de nuevo, lanzándose contra su oponente a toda velocidad y aprovechando la trayectoria para recuperar el puñal oxidado que su enemigo había perdido.
El gigante por su parte seguía tratando de sacarse el puñal y casi ni se percató de que aquella mocosa volvía a la carga.
La pelinegra recuperó el puñal del suelo a toda velocidad, casi sin detenerse para después clavarlo en el muslo izquierdo de su oponente para después rápidamente retirarlo entre los gritos de dolor de su adversario que volvía prestar atención a la pequeña rata que le estaba apalizando en aquellos momentos.
Tomoe reculó hacia atrás para salir del rango de sus largos brazos
"Eso es... sígueme"
El tipo tan sólo podía cojear por la herida que le acaba de provocar en el muslo izquierdo, situación que aprovechó para lanzar el cuchillo oxidado hacia el muslo derecho de su oponente que no pudo hacer nada para evitarlo. Con los dos muslos fuera de juego, lo único que pudo hacer fue caer de rodillas entre maldiciones y gritos de dolor.
—Rindete— ordenó la chica mientras se acercaba lentamente hacia su oponente, poniendo especial cuidado en mantener lejos de sus zarpas
"Este tipo es muy persistente" se quejó la chica mientras se crujía el cuello "pero ya me estoy cansando de él..." la chica volvió a la carga de nuevo, lanzándose contra su oponente a toda velocidad y aprovechando la trayectoria para recuperar el puñal oxidado que su enemigo había perdido.
El gigante por su parte seguía tratando de sacarse el puñal y casi ni se percató de que aquella mocosa volvía a la carga.
La pelinegra recuperó el puñal del suelo a toda velocidad, casi sin detenerse para después clavarlo en el muslo izquierdo de su oponente para después rápidamente retirarlo entre los gritos de dolor de su adversario que volvía prestar atención a la pequeña rata que le estaba apalizando en aquellos momentos.
Tomoe reculó hacia atrás para salir del rango de sus largos brazos
"Eso es... sígueme"
El tipo tan sólo podía cojear por la herida que le acaba de provocar en el muslo izquierdo, situación que aprovechó para lanzar el cuchillo oxidado hacia el muslo derecho de su oponente que no pudo hacer nada para evitarlo. Con los dos muslos fuera de juego, lo único que pudo hacer fue caer de rodillas entre maldiciones y gritos de dolor.
—Rindete— ordenó la chica mientras se acercaba lentamente hacia su oponente, poniendo especial cuidado en mantener lejos de sus zarpas