16/08/2017, 23:09
« Espera. ¿Qué? »
Juro se quedó atónito, cuando, al seguir las indicaciones de aquel buen hombre, se halló muy cerca de la torre de ocio. Podía verla perfectamente. En la calle en la que estaba, pudo ver tres casas, dos a sus lados y otra más atrás, y uno de los dojos de Kusagakure, donde ninjas se juntaban a entrenar.
Las preguntas afloraron en él. ¿Se había confundido el que hizo la misión? No. Se resistió a creerlo. Era una gran coincidencia, pero uno no ponía una calle justamente porque si. Quizás el cliente hubiese puesto la dirección de la tienda en lugar de la del hombre ¿Le había engañado el hombre? Juro recordaba haberle señalado bien la dirección. De hecho, el hombre le había dicho que era una de las calles más alejadas de la villa. Eso le escamaba aún más.
Porque el hombre parecía amable, pero tampoco podía fiarse del todo de un desconocido.
Igualmente, ya que estaba ahí, iba a tratar de entender el malentendido en el que se encontraba. Pensó en entrar en la torre y preguntar, pero se resistió a hacerlo.
« Primero tengo que averiguar si realmente estoy donde pone. Si es verdad y lo han puesto mal, tendré motivos de sobra para ir a quejarme a la tienda directamente »
Si no, quedaría en ridículo.
Así pues, lo primero que hizo fue fijarse bien en la dirección hallada en el pergamino. En ella además de la calle debía de constar el número de casa, claro esta. Supuso que en las tres casas que tenía cerca debía de existir algún tipo de señal que indicase algo: el número de puerta, o incluso si tenía suerte, la calle también. Podía ser una placa, estar en el buzón, a los pies...
Pero supuso que debía de haber algo que lo indicase. Si no, los carteros lo tendrían difícil. Así pues, observó la casa con jardín que tenía delante, escudriñó la vista y buscó cualquier identificación que pudiese coincidir con la dirección del pergamino, sin llegar a meterse en el jardín de lleno. No quería allanar la propiedad de nadie.
Si eso no funciona, tendría que probar a ir al dojo. Quizá los shinobi de ahí supiesen algo.
Juro se quedó atónito, cuando, al seguir las indicaciones de aquel buen hombre, se halló muy cerca de la torre de ocio. Podía verla perfectamente. En la calle en la que estaba, pudo ver tres casas, dos a sus lados y otra más atrás, y uno de los dojos de Kusagakure, donde ninjas se juntaban a entrenar.
Las preguntas afloraron en él. ¿Se había confundido el que hizo la misión? No. Se resistió a creerlo. Era una gran coincidencia, pero uno no ponía una calle justamente porque si. Quizás el cliente hubiese puesto la dirección de la tienda en lugar de la del hombre ¿Le había engañado el hombre? Juro recordaba haberle señalado bien la dirección. De hecho, el hombre le había dicho que era una de las calles más alejadas de la villa. Eso le escamaba aún más.
Porque el hombre parecía amable, pero tampoco podía fiarse del todo de un desconocido.
Igualmente, ya que estaba ahí, iba a tratar de entender el malentendido en el que se encontraba. Pensó en entrar en la torre y preguntar, pero se resistió a hacerlo.
« Primero tengo que averiguar si realmente estoy donde pone. Si es verdad y lo han puesto mal, tendré motivos de sobra para ir a quejarme a la tienda directamente »
Si no, quedaría en ridículo.
Así pues, lo primero que hizo fue fijarse bien en la dirección hallada en el pergamino. En ella además de la calle debía de constar el número de casa, claro esta. Supuso que en las tres casas que tenía cerca debía de existir algún tipo de señal que indicase algo: el número de puerta, o incluso si tenía suerte, la calle también. Podía ser una placa, estar en el buzón, a los pies...
Pero supuso que debía de haber algo que lo indicase. Si no, los carteros lo tendrían difícil. Así pues, observó la casa con jardín que tenía delante, escudriñó la vista y buscó cualquier identificación que pudiese coincidir con la dirección del pergamino, sin llegar a meterse en el jardín de lleno. No quería allanar la propiedad de nadie.
Si eso no funciona, tendría que probar a ir al dojo. Quizá los shinobi de ahí supiesen algo.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60