11/07/2015, 00:52
Cuando el gorila se incorporó, lanzó a Tome de espaldas que gracias a sus reflejos, logró caer de pie. Justo en se momento se percató de que el arma de su oponente yacía en el suelo, y la recuperó mientras que su adversario aún luchaba con desesperación por deshacerse del wakizashi de la joven kunoichi.
Tomoe corrió como alma que lleva el diablo y le asestó una puñalada en el muslo izquierdo. -¡AAAAAAAHHHH! Gritó la bestia humana. Después, Tomoe se daría cuenta de que su oponente no ofrecía oposición alguna, y le asestó otra estocada en el muslo derecho. Las heridas comenzaron a sangrar de forma abundante, y se veía que aquel grandullón apenas le quedaban fuerzas para continuar de pie.
-Debo cumplir...la voluntad del maestro...Jadeó el gorila cuando incó las rodillas en el suelo bañado de su propia sangre.
Tomoe sometió finalmente a su oponente, y pudo ver algo inusual. De las heridas que le propició en los muslos, salió una neblina rojiza de chakra como si fuese el vapor de una tetera hirviendo, que acabó por dispersarse en el aire. Es entonces en ese mismo instante, cuando el hombre volvió a la normalidad. Sus músculos se redujeron, el color rojizo de su piel desapareció y sus ojos quedaron en blanco. Después cayó de boca contra el suelo, totalmente inmóvil.
Al cabo de unos minutos salió Yoshimitsu con suficiente cuerda como para atar a un oso y con un hallazgo. -Bien, veo que ya has acabado. Dijo dando unas palmadas de ánimo. -Mira lo que he encontrado dentro de la casa. Detrás de él había un señora mayor con pelo grisáceo, que lucía un viejo apagado kimono, probablemente se trataría de la mujer del difunto abuelo.
La anciana salió temblorosa asegurándose de que ya no existía peligro alguno. -Do...do...donde es...está mi ma...ma...marido...Tartamudeó del susto que llevaba encima
"Oh! menudo marrón cuando vea a su marido tirado en el suelo...y destrozado"
Tomoe corrió como alma que lleva el diablo y le asestó una puñalada en el muslo izquierdo. -¡AAAAAAAHHHH! Gritó la bestia humana. Después, Tomoe se daría cuenta de que su oponente no ofrecía oposición alguna, y le asestó otra estocada en el muslo derecho. Las heridas comenzaron a sangrar de forma abundante, y se veía que aquel grandullón apenas le quedaban fuerzas para continuar de pie.
-Debo cumplir...la voluntad del maestro...Jadeó el gorila cuando incó las rodillas en el suelo bañado de su propia sangre.
Tomoe sometió finalmente a su oponente, y pudo ver algo inusual. De las heridas que le propició en los muslos, salió una neblina rojiza de chakra como si fuese el vapor de una tetera hirviendo, que acabó por dispersarse en el aire. Es entonces en ese mismo instante, cuando el hombre volvió a la normalidad. Sus músculos se redujeron, el color rojizo de su piel desapareció y sus ojos quedaron en blanco. Después cayó de boca contra el suelo, totalmente inmóvil.
Al cabo de unos minutos salió Yoshimitsu con suficiente cuerda como para atar a un oso y con un hallazgo. -Bien, veo que ya has acabado. Dijo dando unas palmadas de ánimo. -Mira lo que he encontrado dentro de la casa. Detrás de él había un señora mayor con pelo grisáceo, que lucía un viejo apagado kimono, probablemente se trataría de la mujer del difunto abuelo.
La anciana salió temblorosa asegurándose de que ya no existía peligro alguno. -Do...do...donde es...está mi ma...ma...marido...Tartamudeó del susto que llevaba encima
"Oh! menudo marrón cuando vea a su marido tirado en el suelo...y destrozado"
![[Imagen: Asesino.jpg]](http://www.marcaargentea.net/mediawiki/images/d/d7/Asesino.jpg)