18/08/2017, 04:27
Vaya ironía, la de cabellos claros todavía se atrevió a dirigirle la palabra en tono sermoneante, cómo si ella tuviera el mínimo derecho a juzgarlo por sus acciones. No tardó en abrir la boca en gesto de sorpresa y de indignación, debido a la osadía de aquella chica a la vez que veía que ella se daba la vuelta para regresarse al interior de ka vivienda.
—¿Perdón?~— Dijo cantando la última sílaba, sacudiendo su cabeza para intentar acomodarse infructuosamente el fleco del cabello —Mira nena, estoy BIEN— No lo estaba —Quiero estar sólo— Reclamaba extendiendo los brazos en señal de queja. —¡Eso!, ¡regrésate por dónde viniste!— Remató aunque ella quizás ya no le escuchaba por la puerta.
Al percatarse que se habían cumplido sus demandas, no tardó en volver al berrinche, pateando el charco en el suelo mientras sollozaba de nuevo por lo bajo. "Kichō-baa..." Miraba su distorsionado reflejo en las ondas irregulares del agua. "Kichō-baa..." Apretó los puños, mientras el resto de los peatones, le seguían ignorando.
Estaba medianamente desorientado, pero tampoco tenía el mínimo interés de ir a ningún otro lado. "¿Para qué volver a casa?, ¿para qué volver al hospital? Si tan sólo estuviera papá acá..." Odiaba esa extraña necesidad de alivio y confort, deseaba palabras de aliento, pero era demasiado orgulloso para ello.
Bajó la mirada al piso, caminando a pasos lentos y cortos con rumbo a un poste de luz de los tantos que habían en la calle, recostándose en el mismo, y luego dejándose caer suavemente hasta que quedó sentado. "Nada, no puedo hacer nada." Cruzó los brazos por encima de sus rodillas, escondiendo su rostro de los transeúntes, y de ahí, lloró, lloró y lloró.
—¿Perdón?~— Dijo cantando la última sílaba, sacudiendo su cabeza para intentar acomodarse infructuosamente el fleco del cabello —Mira nena, estoy BIEN— No lo estaba —Quiero estar sólo— Reclamaba extendiendo los brazos en señal de queja. —¡Eso!, ¡regrésate por dónde viniste!— Remató aunque ella quizás ya no le escuchaba por la puerta.
Al percatarse que se habían cumplido sus demandas, no tardó en volver al berrinche, pateando el charco en el suelo mientras sollozaba de nuevo por lo bajo. "Kichō-baa..." Miraba su distorsionado reflejo en las ondas irregulares del agua. "Kichō-baa..." Apretó los puños, mientras el resto de los peatones, le seguían ignorando.
Estaba medianamente desorientado, pero tampoco tenía el mínimo interés de ir a ningún otro lado. "¿Para qué volver a casa?, ¿para qué volver al hospital? Si tan sólo estuviera papá acá..." Odiaba esa extraña necesidad de alivio y confort, deseaba palabras de aliento, pero era demasiado orgulloso para ello.
Bajó la mirada al piso, caminando a pasos lentos y cortos con rumbo a un poste de luz de los tantos que habían en la calle, recostándose en el mismo, y luego dejándose caer suavemente hasta que quedó sentado. "Nada, no puedo hacer nada." Cruzó los brazos por encima de sus rodillas, escondiendo su rostro de los transeúntes, y de ahí, lloró, lloró y lloró.