19/08/2017, 00:13
(Última modificación: 19/08/2017, 00:13 por Eikyuu Juro.)
Juro pudo comprobar de primera mano como las apariencias engañaban. El señor que se encontraba durmiendo en la hamaca, ni estaba durmiendo ni era un señor.
Nada más golpear la puerta, saltó al instante, revelando su verdadera cara, fuera del sombrero de paja. Era un joven, casi de su edad. Era moreno, y presentaba los típicos rasgos de un rico: peinado bien cortado y estiloso, ropa sedosa y lujosa y zapatos que seguían la misma línea. Juro tuvo esa impresión nada más verlo.
— Llevo años esperando a que ese viejo chiflado enviara a alguien a buscar la cosa esta. Joooooooder, cogelo y vete de aqui. Y sobretodo, lo más importante, deja de hablar como si tú tambien tuvieras un palo en el culo. Te ha faltado llamarme señor, aunque apuesto a que lo hubieras hecho.
— Perdona, no te podía ver con el sombrero y pensé... — Juro trató de excusar su comportamiento, aunque no tenía excusa en realidad. Su hermana le había enseñado a respetar a todo el mundo, sobretodo estando en una misión. Tenía que dar ejemplo, era un genin que representaba a su aldea —. Bueno, gracias de todas formas.
Entonces, el chico le arrojó el muñeco de nieve, para su estupefacción. Juro lo agarró, dandose cuenta al instante de que no era un muñeco de nieve. Era un disfraz de hombre-dango.
« Joder, esta horriblemente sucio. Y mira que ya es bastante malo de por sí »
Ocultó como pudo su decepción con una sonrisa, mientras pensaba en él poniéndose algo tan horrible. Sacudió la parte de abajo, tratando de librarse de la mayor parte de la suciedad. El resto, tendría que darlo así. No era su culpa después de todo, era la del chico en todo caso. No podía limpiarlo.
— Tuve que enterrar la parte baja para que no se volase. Solo me puse a trabajar porque mi padre me dijo que no era capaz de hacerlo, al mes lo deje porque, bueno, yo no soy como tú, no necesito el dinero. Más bien el dinero me necesita a mi.
— Ya veo... — murmuró para sí, ignorando las chorradas que le estaba diciendo, y como se estaba metiendo sutilmente con él —. Bueno, devolveré esto entonces. Será mejor que me marche; me espera mucho trabajo. Ha sido un placer.
Se despediría y luego se largaría de aquella casa. No quiso establecer mucha conversación con el chico: no le caía bien, iba de superior, y encima ni se dignaba a devolver el traje. Juro había tenido que trabajar más por su culpa. Además, no estaba para hacer amigos. Tenía una misión que cumplir.
Tenía que ir a la torre de ocio. Eso ya si que no tenía perdida, estaba en frente.
Nada más golpear la puerta, saltó al instante, revelando su verdadera cara, fuera del sombrero de paja. Era un joven, casi de su edad. Era moreno, y presentaba los típicos rasgos de un rico: peinado bien cortado y estiloso, ropa sedosa y lujosa y zapatos que seguían la misma línea. Juro tuvo esa impresión nada más verlo.
— Llevo años esperando a que ese viejo chiflado enviara a alguien a buscar la cosa esta. Joooooooder, cogelo y vete de aqui. Y sobretodo, lo más importante, deja de hablar como si tú tambien tuvieras un palo en el culo. Te ha faltado llamarme señor, aunque apuesto a que lo hubieras hecho.
— Perdona, no te podía ver con el sombrero y pensé... — Juro trató de excusar su comportamiento, aunque no tenía excusa en realidad. Su hermana le había enseñado a respetar a todo el mundo, sobretodo estando en una misión. Tenía que dar ejemplo, era un genin que representaba a su aldea —. Bueno, gracias de todas formas.
Entonces, el chico le arrojó el muñeco de nieve, para su estupefacción. Juro lo agarró, dandose cuenta al instante de que no era un muñeco de nieve. Era un disfraz de hombre-dango.
« Joder, esta horriblemente sucio. Y mira que ya es bastante malo de por sí »
Ocultó como pudo su decepción con una sonrisa, mientras pensaba en él poniéndose algo tan horrible. Sacudió la parte de abajo, tratando de librarse de la mayor parte de la suciedad. El resto, tendría que darlo así. No era su culpa después de todo, era la del chico en todo caso. No podía limpiarlo.
— Tuve que enterrar la parte baja para que no se volase. Solo me puse a trabajar porque mi padre me dijo que no era capaz de hacerlo, al mes lo deje porque, bueno, yo no soy como tú, no necesito el dinero. Más bien el dinero me necesita a mi.
— Ya veo... — murmuró para sí, ignorando las chorradas que le estaba diciendo, y como se estaba metiendo sutilmente con él —. Bueno, devolveré esto entonces. Será mejor que me marche; me espera mucho trabajo. Ha sido un placer.
Se despediría y luego se largaría de aquella casa. No quiso establecer mucha conversación con el chico: no le caía bien, iba de superior, y encima ni se dignaba a devolver el traje. Juro había tenido que trabajar más por su culpa. Además, no estaba para hacer amigos. Tenía una misión que cumplir.
Tenía que ir a la torre de ocio. Eso ya si que no tenía perdida, estaba en frente.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60