20/08/2017, 01:42
— Esto... Verás Shiori, yo... lo haría encantado pero... creo que ya has visto lo que me ha costado traer el cubo hasta aquí, no creo que pueda lanzar el agua con suficiente fuerza contra la pared... —
La kunoichi se quedó un poco... parada durante unos instantes. ¿Cómo llega alguien a genin sin tener la fuerza suficiente para tirar un cubo de agua contra una pared? Se detuvo para pensar en qué decir o cómo reaccionar ante la nueva información sin parecer ofensiva, presuntuosa, desconfiada, ofendida, machista ni maleducada. Pero es que un shinobi sin fuerza para lanzar agua a una pared era algo serio.
— Bueno, está bien, no pasa nada. Hagamos como si no hubiera dicho nada entonces.
Estaba claro que Riko había tenido que reunir todo su valor para confesar algo tan vergonzoso. Eso fue un factor determinante en que Shiori se mordiese la lengua y decidiese dejar el tema a un lado mientras agarraba el cubo de agua de Riko. No había mucho secreto así que avisó al escuadrón secasuelos y se preparó.
— Allá va.
Y tras esas palabras la última pared se deshacía de gran parte de la suciedad que la contaminaba con la ayuda del liquido limpiador. Shiori frotó con su cepillo pegado a un palo y los Rikos secaban con gran entusiasmo el suelo.
La kunoichi se quedó un poco... parada durante unos instantes. ¿Cómo llega alguien a genin sin tener la fuerza suficiente para tirar un cubo de agua contra una pared? Se detuvo para pensar en qué decir o cómo reaccionar ante la nueva información sin parecer ofensiva, presuntuosa, desconfiada, ofendida, machista ni maleducada. Pero es que un shinobi sin fuerza para lanzar agua a una pared era algo serio.
— Bueno, está bien, no pasa nada. Hagamos como si no hubiera dicho nada entonces.
Estaba claro que Riko había tenido que reunir todo su valor para confesar algo tan vergonzoso. Eso fue un factor determinante en que Shiori se mordiese la lengua y decidiese dejar el tema a un lado mientras agarraba el cubo de agua de Riko. No había mucho secreto así que avisó al escuadrón secasuelos y se preparó.
— Allá va.
Y tras esas palabras la última pared se deshacía de gran parte de la suciedad que la contaminaba con la ayuda del liquido limpiador. Shiori frotó con su cepillo pegado a un palo y los Rikos secaban con gran entusiasmo el suelo.