22/08/2017, 00:15
(Última modificación: 22/08/2017, 00:32 por Uzumaki Eri.)
El equipo improvisado que se había formado entre la Yamanaka y el Hyuuga comenzaban a divagar acerca de lo que les depararía el trabajo que les había sido encomendado. ¿Pasearían perros? ¿Tendrían que darles de comer? ¿Y quitar sus deposiciones? Parecía tarea fácil, pues una misión de rango D no parecía tener mucho misterio.
Veamos pues qué ocurre.
No muy lejos de allí se encontraba la calle que dictaba el pergamino que tenía en posesión la kunoichi de la pareja, donde; en una de las grandes torres de colores apagados y cubierta de agua que había en Amegakure, vivía la joven Keiko. ¿Que cómo lo sabrían? Estaba escrito en una placa junto al número de vivienda que le correspondía.
Ambos jóvenes solo tendrían que buscar la puerta número B del segundo piso y llamar a la puerta.
Veamos pues qué ocurre.
No muy lejos de allí se encontraba la calle que dictaba el pergamino que tenía en posesión la kunoichi de la pareja, donde; en una de las grandes torres de colores apagados y cubierta de agua que había en Amegakure, vivía la joven Keiko. ¿Que cómo lo sabrían? Estaba escrito en una placa junto al número de vivienda que le correspondía.
Ambos jóvenes solo tendrían que buscar la puerta número B del segundo piso y llamar a la puerta.