24/08/2017, 00:03
(Última modificación: 24/08/2017, 00:04 por Eikyuu Juro.)
El hombre no volvió a hablar con él, pero Juro pudo disfrutar de la tranquilidad que acompañaba aquel silencio. La tranquilidad de que una cosa por fin le salía bien y estaban llegando...
... para encontrar el maldito local, en una zona que él juraría haber encontrado antes. Ahí les esperaba un señor bajito de pelo negro con entradas ya a la calvicie. Iba trajeado, y Juro supuso que era al que se dirigía.
— Joder, ya era hora.
Ambos se miraron, pensando a quien se refería. Juro trató de excusarse, pero se dio cuenta de que tampoco iba tan mal de tiempo. No se había perdido mucho, y las discusiones de gente solo habían durado unos pocos minutos. Realmente no creía haber llegado mal de hora.
Tras indicar que era a ambos, el señor le ordenó al que arrastraba el carro de entrar dentro para dejar las cosas. Al parecer, llegaba una hora tarde. Supuso que el hombre, además de serio, estaba cabreado por alguna razón.
El hombre musitó algo tan bajo que ni siquiera Juro que estaba a su lado y era un ninja pudo sacar en claro nada, pero por el tono y la cara que puso seguramente se había cagado en los muertos de alguien. Tras eso el enano trajeado se encaró a Juro y con solo echarle un vistazo al disfraz ya frunció el ceño.
— ¿Y tú donde vas con eso? Lo necesitas limpio. Vaya atajo de incompetentes estos ninjas, llegas tarde y encima con el traje sucio. Impresentable. Sube al piso de arriba y busca la tintoreria "Ducha fría". Dile que lo apunte en nuestra factura y que sea una limpieza inmediata, y esta vez rapidito eh, que no tengo todo el día para estar en la puerta esperando para llevarte de la manita.
Juro se sintió frustrado. Quería gritarle: ¡Que no he llegado tarde! Pero se contuvo. También era injusto el hecho de que tuviese que cargar con la culpa del otro.
— Si, señor — dijo, asintiendo. Supuso que agachar la cabeza era algo que un genin debía aprender a hacer también.
Una vez que pudiese irse de ahí, trataría de memorizar el sitio. De hacerse una imagen mental del camino hacia las escaleras. Uso todas sus facultades para no cagarla otra vez.
De igual forma, se dirigió corriendo hacia las escaleras y subió el piso, tal y como le había dicho el hombre. Primero, la buscaría con la mirada. Si no la encontraba, se acercaría a una persona que cumpliese los mismos requisitos que el anterior, y volvería a preguntar, esta vez por la dichosa tintorería.
... para encontrar el maldito local, en una zona que él juraría haber encontrado antes. Ahí les esperaba un señor bajito de pelo negro con entradas ya a la calvicie. Iba trajeado, y Juro supuso que era al que se dirigía.
— Joder, ya era hora.
Ambos se miraron, pensando a quien se refería. Juro trató de excusarse, pero se dio cuenta de que tampoco iba tan mal de tiempo. No se había perdido mucho, y las discusiones de gente solo habían durado unos pocos minutos. Realmente no creía haber llegado mal de hora.
Tras indicar que era a ambos, el señor le ordenó al que arrastraba el carro de entrar dentro para dejar las cosas. Al parecer, llegaba una hora tarde. Supuso que el hombre, además de serio, estaba cabreado por alguna razón.
El hombre musitó algo tan bajo que ni siquiera Juro que estaba a su lado y era un ninja pudo sacar en claro nada, pero por el tono y la cara que puso seguramente se había cagado en los muertos de alguien. Tras eso el enano trajeado se encaró a Juro y con solo echarle un vistazo al disfraz ya frunció el ceño.
— ¿Y tú donde vas con eso? Lo necesitas limpio. Vaya atajo de incompetentes estos ninjas, llegas tarde y encima con el traje sucio. Impresentable. Sube al piso de arriba y busca la tintoreria "Ducha fría". Dile que lo apunte en nuestra factura y que sea una limpieza inmediata, y esta vez rapidito eh, que no tengo todo el día para estar en la puerta esperando para llevarte de la manita.
Juro se sintió frustrado. Quería gritarle: ¡Que no he llegado tarde! Pero se contuvo. También era injusto el hecho de que tuviese que cargar con la culpa del otro.
— Si, señor — dijo, asintiendo. Supuso que agachar la cabeza era algo que un genin debía aprender a hacer también.
Una vez que pudiese irse de ahí, trataría de memorizar el sitio. De hacerse una imagen mental del camino hacia las escaleras. Uso todas sus facultades para no cagarla otra vez.
De igual forma, se dirigió corriendo hacia las escaleras y subió el piso, tal y como le había dicho el hombre. Primero, la buscaría con la mirada. Si no la encontraba, se acercaría a una persona que cumpliese los mismos requisitos que el anterior, y volvería a preguntar, esta vez por la dichosa tintorería.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60