25/08/2017, 13:44
Faltaban dos días para la segunda ronda del torneo. Qué nervios, ¿con quién me tocará esta vez?, espero que no sea contra Ayame, no quiero tener que elegir entre eliminarla a ella o quedar eliminado, espero que sea contra alguien de otra aldea; entre otros pensamientos, estos comenzaban a ser los habituales. Después de su aventura con Yota y también de su posterior encuentro, recuperado prácticamente al cien por cien, Daruu no paraba de entrenar, a diario, a todas horas, y todo para llegar en plena forma al siguiente combate.
Pero un sentimiento había estado recorriendo todo su cuerpo, desde los dedos de los pies hasta las puntas desordenadas de su cabello. De modo que allí estaba, plantado enfrente de la puerta del dojo de las mujeres.
Aunque antes, claro, había otras prioridades. Su estómago rugió de hambre. Y de las mariposas habituales de una relación de pareja recién iniciada.
Pese que nadie le había dicho que no podía entrar al pasillo, Daruu se asomó adentro. Miró a su izquierda y a su derecha. Miró atrás de él. No había nadie cerca, así que no pasaría nada por entrar, decidió. Se acercó a la puerta de la habitación de Ayame. Tragó saliva y...
Toc, toc, toc.
—A-Ayame-chan. Soy yo. ¿T-tienes un momento?
Pero un sentimiento había estado recorriendo todo su cuerpo, desde los dedos de los pies hasta las puntas desordenadas de su cabello. De modo que allí estaba, plantado enfrente de la puerta del dojo de las mujeres.
Aunque antes, claro, había otras prioridades. Su estómago rugió de hambre. Y de las mariposas habituales de una relación de pareja recién iniciada.
Pese que nadie le había dicho que no podía entrar al pasillo, Daruu se asomó adentro. Miró a su izquierda y a su derecha. Miró atrás de él. No había nadie cerca, así que no pasaría nada por entrar, decidió. Se acercó a la puerta de la habitación de Ayame. Tragó saliva y...
Toc, toc, toc.
—A-Ayame-chan. Soy yo. ¿T-tienes un momento?