Se cierra el telón

Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.

Se cierra el telón

Sasagani Yota Sin conexión

Chûnin de Kusa
Ninjas de Kusa

Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs

· Fue 40

· Pod 60

· Res 60

· Int 40

· Agu 40

· Car 20

· Agi 60

· Vol 40

· Des 60

· Per 60

#32

30/08/2017, 13:01

— ¿Hablas de inventar nuevas armas para sacar tripas enemigas o solo piensas en alguna clase de macabra conversación de cama? — comentó, con algo de exasperación —. Tienes una imaginación muy disparatada.

— Bueno, es una posibilidad. Lo vas pillando, Jurete. Mientras no las uses contra mí, pues perfecto

La broma se había instaurado en el dúo de Kusagakure y parecía que seguiría siendo así por el momento. Ambos disfrutábamos de la compañía del otro. La verdad es que el hecho de comaprtir equipo ninja y haber estado juntos durante todo aquel tiempo desde su graduación había permitido que forjasen una bonita relación no solo profesional, sino también de amistad.

A hurtadillas fuimos caminando hasta llegar a la habitación en la cual solo estaba Gen. tuvimos suerte, nos la jugamos y salió todo bien.

— Creo que no se han dado cuenta. Vas a tener suerte y todo, al final no te acusaran de secuestro

— Debe ser nuestro día de suerte

Seguimos hablando un rato en la habitación y al cabo de una hora o así dejé a Juro en la habitación y me dirigiría a entrenar por mi cuenta en los dojos de Kitanoya, los cuales tenían todo clase de herramientas para ello. Tal y como le comenté al marionetista en el asador, debía aprovechar el tiempo del que disponía para llegar a tope al próximo combate.