30/08/2017, 17:00
La chica esperó ansiosa la confrontación. Esperó, esperó, y esperó. Nada, absolutamente nada apareció por el frente. La chica, carente de pericia, vislumbró también los flancos, buscando si éste enemigo que perseguía al hombre acudía por éstos en pos de pillarlos por sorpresa. Pero no, tampoco se aproximó por los flancos. Al cabo de un rato, Riko fue el primero en desistir de esperar mirando hacia la nada, donde nada venía. Sin demora, sugirió al hombre que podían acompañarlo a la capital, donde podría informar a la guardia, puesto que por ahí no aparecía ningún enemigo.
«¿Falsa alarma?»
La pelirroja no pudo evitar mirar hacia atrás, donde resguardaba a la supuesta victima. Éste increpó que tenían que detenerlos, que había conseguido huir, pero que habían mas encerrados. El hombre apenas conseguía entablar dos palabras seguidas, pero por lo poco que podía entenderse, era como si hubiesen cogido a ciertas personas y las hubiesen encerrado, raptado quizás. Al parecer, era un fugitivo, y exoraba ayuda para el resto.
«Supongo que no es de extrañar que se encuentre así si es cierto...»
—Bueno, ya está bien. Cálmate, y habla en condiciones, porque si no, no podremos ayudarte, ¿vale? —zanjó la chica, haciendo uso de su buena labia, como buena líder. —Veamos, has huido... ¿De quienes? ¿Dónde están? ¿Cuántos mas hay atrapados?
Obviamente, necesitaban respuestas, y en la mayor brevedad posible. No era de extrañar que a las malas, castigasen al resto de secuestrados, con tal de escarmentar a los que aún pensaran en huir como bien había hecho éste tipo. Posiblemente se trataba de una carrera contra reloj. No había tiempo que perder con chorradas.
«¿Falsa alarma?»
La pelirroja no pudo evitar mirar hacia atrás, donde resguardaba a la supuesta victima. Éste increpó que tenían que detenerlos, que había conseguido huir, pero que habían mas encerrados. El hombre apenas conseguía entablar dos palabras seguidas, pero por lo poco que podía entenderse, era como si hubiesen cogido a ciertas personas y las hubiesen encerrado, raptado quizás. Al parecer, era un fugitivo, y exoraba ayuda para el resto.
«Supongo que no es de extrañar que se encuentre así si es cierto...»
—Bueno, ya está bien. Cálmate, y habla en condiciones, porque si no, no podremos ayudarte, ¿vale? —zanjó la chica, haciendo uso de su buena labia, como buena líder. —Veamos, has huido... ¿De quienes? ¿Dónde están? ¿Cuántos mas hay atrapados?
Obviamente, necesitaban respuestas, y en la mayor brevedad posible. No era de extrañar que a las malas, castigasen al resto de secuestrados, con tal de escarmentar a los que aún pensaran en huir como bien había hecho éste tipo. Posiblemente se trataba de una carrera contra reloj. No había tiempo que perder con chorradas.